Viernes, 26 de Abril 2024

El Papa felicita por Navidad y clama fraternidad para el mundo

En su mensaje navideño, el Santo Padre hizo mención explícita de Venezuela y Nicaragua, invitando a la cooperación entre todos los sectores de sus sociedades, encontradas por diferencias políticas y económicas

Por: NOTIMEX

El Papa Francisco felicitó hoy por la Navidad y clamó por fraternidad para el mundo entero, sobre todo entre personas con ideas diferentes, de diversas religiones, etnias y culturas.

Poco antes del mediodía, el pontífice apareció en el balcón central de la Basílica de San Pedro y desde allí saludó a una multitud, congregada en la plaza vaticana, a la cual impartió su bendición “urbi et orbi” (a la ciudad y al mundo).

“A ustedes, fieles de Roma, a ustedes, peregrinos, y a todos los que están conectados desde todas las partes del mundo, renuevo el gozoso anuncio de Belén: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”, afirmó, introduciendo su mensaje navideño.

Después, sostuvo que, como los pastores, quienes fueron los primeros en llegar a la gruta, todos los seres humanos contemplan asombrados la señal que Dios ha dado: Un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

“En silencio, nos arrodillamos y adoramos. ¿Y qué nos dice este Niño, que nos ha nacido de la Virgen María? ¿Cuál es el mensaje universal de la Navidad? Nos dice que Dios es padre bueno y nosotros somos todos hermanos”, siguió.

“Esta verdad está en la base de la visión cristiana de la humanidad. Sin la fraternidad que Jesucristo nos ha dado, nuestros esfuerzos por un mundo más justo no llegarían muy lejos, e incluso los mejores proyectos corren el riesgo de convertirse en estructuras sin espíritu”, abundó.

Precisó que, por eso, su deseo de feliz Navidad es un deseo de fraternidad. Augurio que se aplica a personas con ideas diferentes pero capaces de respetarse y de escuchar al otro y a personas de diversas religiones; porque Jesús quiso revelar el rostro de Dios a todos aquellos que lo buscan.

Explicó que el rostro de Dios se manifestó en un rostro humano concreto, porque Jesús no apareció como un ángel sino que decidió nacer en un tiempo y un lugar concretos, como un hombre.

Con ese gesto —continuó— el hijo de Dios dejó en claro que la salvación pasa a través del amor, la acogida y el respeto de la “pobre humanidad”, que todos los seres humanos comparten en una gran variedad de etnias, de lenguas, de culturas, pero todos hermanos en humanidad.

Para el Papa, gracias al mensaje de la Navidad las diferencias no son un daño o un peligro, sino que son una riqueza; como ocurre con un artista que quiere hacer un mosaico para el cual es mejor tener a disposición teselas de muchos colores, antes que de pocos.

“La experiencia de la familia nos lo enseña: siendo hermanos y hermanas, somos distintos unos de otros, y no siempre estamos de acuerdo, pero hay un vínculo indisoluble que nos une, y el amor de los padres nos ayuda a querernos”, estableció.

“Lo mismo vale para la familia humana, pero aquí Dios es el ‘padre’, el fundamento y la fuerza de nuestra fraternidad”, apuntó.

 

Invoca concordia en Venezuela y reconciliación en Nicaragua

En su mensaje de Navidad, el Papa Francisco clamó hoy por la concordia en Venezuela y la reconciliación en Nicaragua, además de llamar a la paz en los principales focos de tensión alrededor del mundo.

El Santo Padre imploró por la estabilidad en Medio Oriente, Yemen y Ucrania, además de denunciar las persecuciones contra las minorías religiosas en diversas latitudes.

“Que este tiempo de bendición le permita a Venezuela encontrar de nuevo la concordia y que todos los miembros de la sociedad trabajen fraternalmente por el desarrollo del país, ayudando a los sectores más débiles de la población”, dijo, hablando en italiano.

“Que delante del niño Jesús, los habitantes de la querida Nicaragua se redescubran hermanos, para que no prevalezcan las divisiones y las discordias, sino que todos se esfuercen por favorecer la reconciliación y por construir juntos el futuro del país”, agregó más adelante.

Esos fueron los únicos dos países latinoamericanos que Jorge Mario Bergoglio incluyó en su alocución, en la cual instó a redescubrir los nexos de fraternidad que unen a todos los seres humanos y vinculan a todos los pueblos.

Pidió que esa fraternidad haga posible que israelíes y palestinos retomen el diálogo y emprendan un camino de paz que ponga fin a un conflicto, y deseó que el niño Jesús permita “a la amada y martirizada Siria” que vuelva a encontrar la fraternidad después de largos años de guerra, especialmente quienes tuvieron que dejar las propias tierras y buscar refugio en otro lugar, pueda volver a vivir en paz en su patria.

“Pienso en Yemen —prosiguió—, con la esperanza de que la tregua alcanzada por mediación de la comunidad internacional pueda aliviar finalmente a tantos niños y a las poblaciones, exhaustos por la guerra y el hambre”, continuó.

También recordó a África, donde millones de personas están refugiadas o desplazadas y necesitan asistencia humanitaria y seguridad alimentaria.

Solicitó que la Navidad fortalezca los vínculos fraternos que unen la Península coreana y permita que se continúe el camino de acercamiento puesto en marcha, y que se alcancen soluciones compartidas que aseguren a todos el desarrollo y el bienestar.

“Que el Señor que nace dé consuelo a la amada Ucrania, ansiosa por reconquistar una paz duradera que tarda en llegar”, dijo.

El Papa concluyó su mensaje pidiendo que el niño Jesús proteja a todos los pequeños de la tierra, a toda persona frágil, indefensa y descartada; y que todos los seres humanos puedan recibir paz y consuelo, sintiéndose amados por el único padre celestial, reencontrándose y viviendo como hermanos.

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