¡Parece inverosímil! Cuando apenas hemos rebasado la primera mitad del mes de enero, y la elaboración de los proyectos de la temporada taurina por parte de los empresarios en la península ibérica está tomando forma y rumbo, no han tardado nada y los detractores ya empezaron molestar.Nada nuevo se esconde bajo el sol, el comportamiento de la humanidad siempre ha sido igual, cambiando únicamente los tiempos y las formas, pero las acciones y disparidades son, han sido y serán las mismas en cualesquier circunstancia de la vida; ¿por qué tendría que ser diferente en el entorno de nuestra Fiesta? Es igual, no existen diferencias.En lo que sí hay contrastes, es el hecho de que si no se conoce por lo menos someramente lo que es y envuelve nuestro emblemático espectáculo, entonces sí será muy temerario que se emitan juicios y censuras tan ligeras y mentecatas, desprendidas de una absoluta ignorancia.¿Un espectáculo difícil de entender? No, quizá para algunos, fácil de no aceptar, y es muy entendible y respetable, pero ello no otorga la ligereza a la reprobación y mucho menos a la agresión. Y es que nuestra Fiesta Brava, es un acto ritual y profundo que requiere de una sensibilidad muy particular para lograr entenderla, y así poder valorar y disfrutar todo lo que en ella acontece.Esta alegórica liturgia gira alrededor de un TORO BRAVO —bovino incrustado dentro del mapa diseñado por la naturaleza— y ha sido durante su ya dilatada historia, el motivo de inspiración para que grandes virtuosas de las bellas artes, pintores, escultores, músicos, poetas, filósofos y escritores, hayan moldeado —y siguen haciéndolo— sus inigualables y portentosas creaciones en referencia a nuestra Fiesta Brava.Sin embargo, al mismo tiempo que nació este bello espectáculo, con él igualmente aparecieron aquellos a quienes no agradó esta fiesta. Y así ha transcurrido nuestra historia, siempre de la mano de sus detractores, con períodos prolongados de sana calma, y otros de obstinados embates.Aún recordamos —seis años después— que por estas fechas, pero del año 2012, se notificaba, obvio que con lujo de prepotencia y altos índices de intimidación, la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, abolición que fuera promovida por el Parlamento, dando muestras claras que se trataba de actos con tintes políticos y territoriales, ya que nunca tomaron en consideración la voluntad de las mayorías, mostrando al mundo su lucha ancestral en contra de lo que consideran atavismos con el resto de España.Sin temor a equivocarme —no obstante que nada ni nadie está absolutamente seguro— considero que durante este año nuestra emblemática Fiesta caminará con su rumbo habitual. Sí, con sus altibajos y problemas, también con menguas lamentables en el número de festejos, que tendrá como resultados negativos la problemática económica para muchos sectores y personas, ¡sin embargo, continuará su marcha!Por ello, el Espectáculo Taurino con su magia, su grandeza, la embriaguez que produce en los aficionados podrá estar asegurado. “Sí”, pero siempre y cuando, sin omisiones y con absoluta firmeza, aparezca en “TODOS” los ruedos del mundo taurino, la extraordinaria e inigualable presencia de su Majestad El Toro Bravo.
