Jueves, 28 de Marzo 2024

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Valioso regalo de vacunas, pero...

Por: Daniel Rodríguez

Valioso regalo de vacunas, pero...

Valioso regalo de vacunas, pero...

En la reunión del G7 (los siete países más industrializados del mundo) que concluyó el domingo, sus integrantes (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos), se comprometieron a regalar a naciones en desarrollo 1,000 millones de dosis contra el Covid. Un extraordinario esfuerzo de las economías más grandes del mundo. Sin embargo, para ponerlo en perspectiva y saber lo que eso representa, aquí unos números muy sencillos: Actualmente la población en el planeta es de 7,800 personas; de ese universo, 966 millones están debidamente vacunadas -con las dos dosis- de las 2,000 millones de personas que han sido inoculadas por lo menos con una porción. Estamos hablando de que sólo el 12.5 por ciento de la población mundial está protegida.

En la Unión Europea ya se ha logrado vacunar a más de la mitad de la población, lo que contrasta mucho con lo que sucede en continentes como Asia, donde apenas se tiene al 6 por ciento y en África el 2 por ciento.

La clave para regresar a la normalidad, es tener vacunado como mínimo -dicen los científicos- al 75 por ciento de la población en el mundo. Así que estamos aún muy lejos de salir de esta crisis de salud que es la más grande en lo que va del siglo y de la que aún estamos muy lejos de cantar victoria. La última edición de la revista Time le dedica la portada al tema de la pandemia y señala que “después de esto, nunca más seremos los mismos”.

Y precisamente ante este panorama resulta paradójico que mientras millones de personas están desesperadas por recibir la vacuna, un sector muy significativo de la población la rechaza, cuando es clave para regresar a la normalidad. Los casos más ejemplificantes de la efectividad de la vacuna los tenemos en Estados Unidos, Reino Unido e Israel, donde en la medida que se ha inoculado a la mayoría de la población los casos de afectados y decesos han bajado drásticamente.

La semana pasada en diferentes centros médicos de los Estados Unidos -Indiana y Texas-, se presentaron protestas de empleados del sector salud que se oponen a vacunarse, argumentando que obligarlos es violatorio de sus derechos al no respetar su decisión. “Mi cuerpo es mi derecho”, decían algunas pancartas que portaban afuera del hospital Metodista de Houston, donde 178 trabajadores fueron suspendidos de sus labores por negarse a vacunar. Y el fin de semana el hospital hizo modificaciones a sus políticas de contratación, donde se exige estar vacunado para poder laborar.

En Estados Unidos, 30 por ciento de la población no quiere vacunarse por cuestiones religiosos, falta de confianza en la ciencia y hasta por militancia política -sobre todo los republicanos- entre otros motivos, señala George Diaz, investigador del Providence Regional Medical Center de Washington, mientras que en México se estima que 15 de cada 100 se oponen a vacunarse argumentando teorias de conspiracion, posibles secuelas, falta de confianza en las autoridades o rechazan los avances científicos.

A más de año y medio del inicio de la pandemia, cuando aún queda mucho camino por recorrer, ante la gravedad de la enfermedad y la urgente necesidad de inocular a la mayoría de la población para protegernos -una meta aún muy distante-, surgen los contrastes de aquellos que pueden tener acceso a la vacuna y la rechazan, mientras que en muchos países la quieren pero no la tienen. ¿Usted, qué opina?.

daniel.rodriguez@dbhub.net

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