Viernes, 10 de Octubre 2025

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Vacunoland

Por: Diego Petersen

Vacunoland

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Si algo hacen bien en Disneylandia, y vaya que hacen muchas cosas bien, es el manejo de las filas. Son tan largas y tediosas que han aprendido a jugar con las expectativas de los clientes del parque de diversiones. El primer truco es que nunca se deje de mover, lo que da la sensación de que mal que bien, avanzas. El segundo y más importante es que la cola cambie de ambiente de manera que siempre creas que ya llegaste: pasas de la cola al rayo del sol o un espacio techado, después a otro donde ya comienza la ambientación y finalmente llegas a la de los elegidos, la de los “ahora sí ya nos toca”, aunque en esa puedas pasar tanto tiempo como en las otras.

Algo similar está haciendo el gobierno de López Obrador con las famosas vacunas y la lista en internet. ¿De qué sirve anotarte o anotar a tus padres o abuelos y pasar horas tratando de hacerlo? No de mucho, pues estar en la lista no es condición para recibir la vacuna ni significa un orden de prelación. ¿Cuál es la prisa por anotarse? En un arranque de sinceridad, el propio subsecretario, zar anti COVID-19 y vizconde de la Mañanera, Hugo López-Gatell, dijo que ninguna, pues la vacunación no ha comenzado (claro, se nos olvidó un detalle: para vacunar hay que tener vacunas).

En vacunoland, como en Disney, se hace cola aún antes de que lleguen los operadores de la atracción e incluso antes de que prendan los juegos. La sorpresa será que cuando llegue la hora, es decir cuando finalmente lleguen las vacunas (que a diferencia del parque de diversiones no son muy puntuales que digamos) vamos a ver que hay otra cola, la de los que tienen pase rápido, por donde avanzan los servidores de la nación, los miembros de las fuerzas armadas, maestros, etcétera.

Si algo le sale bien a este gobierno es la simulación. La lista no es sino otro paso más de la campaña de vacunación sin vacunas, una puesta en escena que comenzó con la recepción de Estado al primer lote de Pfizer (fueron tan pocas que comienzo a pensar que en realidad se trató de una “muestra gratis, no negociable, que nos mandaron del laboratorio) el 23 de diciembre y el famoso “misión cumplida”, al paso del tiempo tan ridículo, del canciller Marcelo Ebrard.

Mientras discutimos si funciona o no la página, si los datos están o no bien protegidos (lo cual, por cierto, es gravísimo) si los mensajes de que no funciona la página tienen erratas, los trabajadores de la salud, los que están en las trincheras de esta guerra, siguen sin tener certeza de cuándo recibirán la segunda dosis de Pfizer. 

Así las cosas en vacunoland.

diego.petersen@informador.com.mx

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