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Una oreja para Ginés Marín. Detalles muy taurinos de Castella y “El Payo”

Por: El Informador

Una oreja para Ginés Marín. Detalles muy taurinos de Castella y “El Payo”

Una oreja para Ginés Marín. Detalles muy taurinos de Castella y “El Payo”

Por Patricio Fernández Cortina

Domingo 25 de febrero de 2018. Tercera corrida de la segunda parte de la temporada de la Plaza de Toros Nuevo Progreso, con una entrada de más de media plaza. Aunque no fue una tarde de muchos premios, vimos muy buenas faenas. Hicieron el paseíllo en orden de alternativa, el francés Sebastián Castella, el mexicano Octavio García “El Payo” y el español Ginés Marín, para lidiar una corrida de toros de la ganadería de La Estancia, cuya presencia fue apenas aprobatoria, siendo protestado el segundo toro, y habiendo ido con fuerza todos los toros al caballo, con excepción del sexto que era manso y escurridizo.

Tres grandes toreros engalanaron la tarde en el ruedo de Guadalajara. Torearon con técnica y conocimiento, los tres muy toreros, y la banda de música alegró la preparación de la corrida tocando “Guadalajara”, “La marcha de Zacatecas”, “El beso” y “Que viva España”, mientras la gente iba ocupando sus localidades.

Sebastián Castella se preparó para recibir al primer toro de su lote, golpeando con su mano varias veces la solera con la que se sostienen las tablas, detrás del burladero, frotándose la frente en intervalos para ahuyentar el miedo. Como el toro iba con la cabeza en alto, no fue posible hacerle faena. Pero al segundo toro le hizo una faena de temple y paciencia. A pesar de que el toro era débil, pues cayó al suelo cuatro veces, le dio tres tandas de derechazos pegado a las tablas, y pases variados y acompasados meciéndose con la muleta y el toro ante el soplido del viento. La estocada quedó un poco caída, y tuvo que descabellar, pero ante la ovación que provenía del tendido, dio la vuelta al ruedo.

El primer toro de “El Payo” fue protestado por el público, alegando que parecía un novillo, pero la lidia se llevó a cabo. Pudo ligarle dos tandas de derechazos, y una trincherilla majestuosa que emocionó, y luego de una mala estocada descabelló 14 veces, desesperado, hasta que el toro dobló. Con gallardía esperó a su segundo toro, al que le hizo una faena con elegancia y con temple. Para el recuerdo un “molinete andando” y una tanda de naturales seguida de otra de derechazos culminada con un desdén. Mató con estocada desprendida, pero el público increpó con insultos al juez que no dio la oreja. Debemos recordar que, de acuerdo con el reglamento taurino, la oreja es otorgada cuando una visible mayoría la solicita ondeando sus pañuelos, y no por medio de insultos. La tarde de ayer en los tendidos, por desgracia, hubo muchos alaridos y clamorosos insultos, que no le hacen bien a la fiesta brava. En la calidad de la exigencia está lo que se recibe.

Ginés Marín se reivindicó con Guadalajara. Luego de dos tardes para el olvido, ayer apareció un matador voluntarioso, serio, con arte igual que sus alternantes. A su segundo toro, manso y el peor de la tarde, no pudo hacerle nada. Pero con el primero comenzó la lidia con tres verónicas cadenciosas, y una media que arrancó los aplausos. Luego de la suerte de varas, hizo una verónica lentísima que remató con revolera de gran estampa. Con la muleta fue profuso en derechazos y naturales, y toreó también con la danza del cuerpo. Mientras la banda de música tocaba “Granada”, se preparó para matar solicitando con elegancia el silencio. Y el silencio fue testigo de una estocada que, si bien quedó un poco caída, fue suficiente y recibió la única oreja de la tarde.

Ginés Marín se reivindicó ayer en el coso tapatío al cortar la única oreja de la tarde. EL INFORMADOR/G. Gallo

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