Al menos en el discurso, el Presidente Andrés Manuel López Obrador parece haber caído en cuenta que estar a 56 votos de la mayoría calificada lo debe obligar a tratar de superar sus tentaciones autoritarias que aparecen cada que pide que sus iniciativas pasen intactas, “sin moverles una coma”, frase que ya quedó acuñada como uno de sus clásicos.Para sorpresa de muchos, ayer en la mañanera AMLO dijo estar a favor de que se dé un debate abierto en torno a la reforma político electoral que envió la semana pasada al Poder Legislativo e incluso dio la bienvenida a las contrapropuestas que ha hecho la oposición en la materia.Una actitud que, insisto, al menos de palabra se aleja de la cerrazón que mostró cuando se discutió la reforma eléctrica, también conocida como “Ley Bartlett”, y que provocó que la iniciativa naciera prácticamente muerta.Habrá que ver, pues, si efectivamente el Presidente se olvida de la aplanadora morenista que en la pasada Legislatura federal aprobó sin chistar todas las reformas enviadas por el Ejecutivo, y esta vez busca, junto con las bancadas que lo apoyan, llegar a acuerdos con el bloque opositor PAN-PRI-PRD, que pudiera volver a contar con los diputados del partido Movimiento Ciudadano (MC).Ojalá que esta voluntad política anunciada por López Obrador alcance también para escuchar a los expertos, para enriquecer así una eventual reforma con la que se quieren cambiar las reglas electorales y de representación política, y no se les ignore como pasó con la reforma eléctrica cuando se les invitó a un proceso de parlamento abierto donde sólo se simuló escucharlos.Aunque hasta ahora tanto la 4T como el bloque opositor dicen estar abiertos a disminuir regidores y diputados para generar ahorros, hay también puntos que ninguna de las partes dejarían pasar.En la iniciativa del Presidente jamás incluirán, por ejemplo, la propuesta de la oposición de instrumentar una segunda vuelta para la elección presidencial, por poner en riesgo la hegemonía morenista que han conquistado sólo con una sola ronda de votaciones.Por su parte, el bloque opositor está decidido a defender con todo al Instituto Nacional Electoral (INE) y por ningún motivo aprobar la propuesta del Presidente de que consejeros y magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sean electos por voto directo del ciudadano, de una lista de 60 aspirantes propuesta en partes iguales por el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Su rechazo es porque ven en esta propuesta la conclusión de toda la campaña presidencial y de la 4T para acabar con la autonomía del INE y diseñar una autoridad electoral a modo.Veremos, entonces, si de verdad conocemos la versión de un AMLO que deje que ahora sí le cambien más de una coma a una de sus iniciativas.jbarrera4r@gmail.com
