A lo que muchos llaman una “catástrofe”, otros una “humillación”, muchos una “vergüenza nacional” y algunos una “debacle” al impacto y las consecuencias del retiro de las tropas norteamericanas de Afganistán, Joe Biden dijo “Soy el presidente de Estados Unidos y la responsabilidad es mía”. Una responsabilidad que debe compartir -como la historia seguramente lo registrará- con su antecesor, Donald Trump. Fue el 29 de febrero de 2020 -la administración pasada- cuando el exsecretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, asistió a la ceremonia en Qatar, donde los talibanes tienen una oficina política, pero no firmó el acuerdo. Fue firmado por el enviado de paz estadounidense Zalmay Khalilzad y el líder talibán Mullah Abdul Ghani Baradar. El documento señalaba que se empezarían a reducir los efectivos militares en los siguientes 150 días y que para mayo del 2021 se realizaría el retiro total.Sin embargo, el reloj que Trump dejó caminando le dejó un compromiso como herencia a su sucesor. Y Biden lo cumplio por el compromiso de nación que se había adquirido y convencido por los reportes de inteligencia que le indican que la presencia de tropas norteamericanas y después de 20 años, no evitarian una eventual victoria de los talibanes por la enorme corrupción gubernamental y al no haber un compromiso de los militares afganos con los objetivos de la presencia norteamericana.Por supuesto, muchas críticas han surgido desde el Senado -de ambos partidos- y dicen no estar de acuerdo con la decisión tomada. Sobre todo los republicanos, quienes hoy levantan la voz por la decisión tomada, y en su momento -cuando Trump firmó el acuerdo de paz- mantuvieron su silencio al compromiso contraído. Han dicho que las cosas se hicieron mal y que con Trump hubiera sido diferente (?), pero nadie explica o dice cómo lo hubiera hecho el exmandatario.De momento las críticas al presidente Biden han llegado desde diferentes sectores sociales, cuando en los últimos diez años, según revelan encuestas y documentos sobre el tema, el 75 por ciento de la población estaba de acuerdo con el retiro de esa prolongada, costosa y trágica -por la pérdida de vidas- intervención en Afganistán.El consenso de militares retirados y de ex funcionarios de inteligencia que han ocupado posiciones de mando en operaciones fuera de Estados Unidos se dividen en la decisión, pero por las circunstancias que se tenían en el país afgano algunos expresaron que era urgente llevarla a cabo. “Nunca es el momento equivocado para hacer lo correcto”, dijo Richard Estengel, ex subsecretario de Diplomacia Pública y Asuntos Públicos, algo similar a lo que Biden dijo en su conferencia en la Casa Blanca para aclarar su decisión, “Nunca habrá un buen momento”.Hoy Biden, para bien o para mal, asume un compromiso adquirido por Trump, pero ejecutado por él. “Don’t regret my decision, buck stop with me”, que es su responsabilidad, de nadie más. ¿Usted, qué opina?.daniel.rodriguez@dbhub.net
