El 27 de enero de 2019 -58 días después de tomar posesión- el presidente Andrés Manuel López Obrador -cuando se refería a su decisión de no intervenir en la situación de Venezuela, cuya administración era criticada por otras naciones y organizaciones internacionales de derechos humanos-, hizo su primera mención de que su administración respetará siempre la política de la no intervención, que está bien definida en el artículo 89 de la Constitución Mexicana, que en la sección “Facultades y obligaciones del Presidente”, en su fracción X señala textualmente: “Dirigir la política exterior y celebrar tratados internacionales, sometiéndolos a la aprobación del Senado. En la conducción de tal política, el titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes principios normativos; la autodeterminación de los pueblos; la no intervención...; la igualdad jurídica de los Estados”. Y a partir de esa fecha, en innumerables ocasiones ha pisoteado el mandato constitucional para meterse en diferentes asuntos que no son de nuestra competencia y que resulta insuficiente mencionarlos en este espacio de reflexión.Y ayer por la mañana, desde su púlpito de Palacio, le volvió a “valer...” la Constitución -“otra vez la burra al trigo”- y arremetió en contra del gobernador de Texas, Greg Abbott, quien el lunes firmó una ley que permite a las fuerzas del orden estatal detener a las personas sospechosas de cruzar ilegalmente la frontera con México, dando competencia a sus policías a responsabilidades que le corresponden al gobierno federal estadounidense, además de tipificar como delito estatal la acción y sancionado hasta con 20 años de prisión.Y la reacción del inquilino de Palacio fue inmediata. “Está haciendo ya un trámite Relaciones Exteriores -de México- para impugnar esta ley (?). Es un señor -Abbott- de malas entrañas, malo de malolandia. Pero nosotros vamos a intervenir, porque esas son facultades del gobierno federal de Estados Unidos, esas no son atribuciones de los estados. El -Abbott- está usurpando funciones”.Es increíble la manera como el propio presidente se exhibe y contradice con sus brillantes pronunciamientos, cuando habla de que “son facultades del gobierno federal de los Estados Unidos. Eso corresponde al Congreso y al presidente de Estados Unidos” y por supuesto que menos de México. “Son atribuciones de los Estados”, exactamente, y menos de su competencia señor presidente. Ah, y no podía faltar sacar un tema “que ni al caso”, cuando dijo “Se le olvida -a Abbott- que Texas era de México y se le olvida que hay 40 millones de mexicanos en Estados Unidos...”. Que tiene que ver con la anexión de Texas a Estados Unidos por parte de México hace 187 años (1836) con la implementación de una ley estatal que intenta regular la inmigración en su territorio. Además, que tiene que meter temas religiosos en la conversación política, cuando mencionó que al gobernador Abbott “se le olvida que en la Biblia se dice que no hay que tratar mal a los forasteros; esto lo digo porque está en el Antiguo Testamento” (?).La cuestión es no respetar la Constitución y hablar irracionalmente...llegando a la conclusión que ”no rebuzna porque no se sabe la tonada”, ¡...pero poco le falta!.¿Usted, qué opina? Daniel Rodríguezdaniel.rodriguez@dbhub.net