Viernes, 29 de Marzo 2024
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Sólo fue cuestión de días

Por: Xavier Toscano G. de Quevedo

Sólo fue cuestión de días

Sólo fue cuestión de días

Hoy que está llegado a su fin el primer mes del año, nuestra fiesta ya vivió la primera embestida o agresión de este 2018, lo habíamos apuntado, pero quién pensaría que llegaría tan rápido. Únicamente le bastaron 24 días a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, para decretar el cierre definitivo de las populares e históricas instalaciones de La Venta del Batán.

Hagamos memoria y trasladémonos al mes de octubre del año 2015, cuando apenas iniciaba su administración y realizó declaraciones que para muchos aficionados les resultaban alentadoras: “No vamos a prohibir las corridas de toros y mucho memos la Feria de San Isidro, pueden estar tranquilos todos los aficionados a la Fiesta Brava”. ¡Vaya, qué palabras tan seductores! – ¡Qué va, al fin políticos! – ¿Quién les cree? Seguramente por esas fechas dejaron sosegados a sus seguidores, pero no a la gran mayoría de aficionados, ya que habría que recordar que a sus declaraciones añadió: “No sé si tocaremos algo o no, a lo mejor, no lo sé” —vocablo obviamente de políticos—,  porque cuando se les escuchan promesas, habrá que tener mucha cautela, ya que “siempre” ocurre todo lo contario.

Alarguemos un poco más nuestros recuerdos, ya que únicamente pasaron seis días de las “¡alentadoras promesas”! de la funcionaria madrileña, cuando su concejal de Cultura y Deportes del Ayuntamiento, Cecilia Mayer, comunicó al director de la escuela de tauromaquia Marcial Lalanda, que le sería retirado el presupuesto que por más de cuatro décadas —la escuela se formó a finales de la década de los setenta— le destinaba el Gobierno de Madrid, y con el cual se solventaban los gastos pertinentes de la escuela.          

El argumento que se dio por parte de la alcaldía madrileña fue el siguiente: “Las clases y talleres que se imparten en ese centro, no son compatibles con la defensa de los animales, y el presupuesto de la escuela será mejor y más necesario que se destine a otras actividades culturales o deportivas de mayor demanda”. Se olvidaban, o borraron de su memoria —reitero; ¡al fin políticos!— la alcaldesa y su concejal, que la Tauromaquia había sido YA legítimamente confirmada por todo el Parlamento en pleno, como un Patrimonio Cultural Inmaterial de toda España.

Y no quitan el dedo del renglón, una vez más, a tres años de distancia —¿cuándo terminará su administración?— de sus primeras arbitrariedades, estamos viendo y viviendo el cierre definitivo de La Venta del Batán, lugar que por muchas décadas fue el descanso y escaparate de todos los encierros que se lidiaban en la emblemática Feria de San Isidro, y ahí acudían día a día cientos de aficionados atraídos por la fascinante y solemne figura de los toros bravos.

Pero, una vez más se ha violentado la ley, y con ello los derechos legales y constitucionales de todos los integrantes y actores de la Tauromaquia, porque no se puede olvidar y muchos menos omitir que el Espectáculo Taurino es una actividad legítima y protegida en todo el territorio español, avalada de forma expresa y tajante por la Constitución, y no está contemplada en el rango de las prohibiciones. Lo realizado por la dirigente gubernativa el pasado miércoles 24 fue un ultraje más a nuestra emblemática Fiesta, con el único y artero fin de pretender paso a paso, ir entorpeciendo y sentenciando su continuidad.

El valor cultural e histórico de la Tauromaquia siempre deberá —o debería— estar por encima de pensamientos, ideologías o actitudes políticas de cualquier índole. Nuestra egregia Fiesta Brava no está para debatir con dirigentes gubernativos, y mucho menos cuando ellos no tienen los conocimientos ni la sensibilidad para comprender o entender este prodigioso, enigmático y extraordinario mundo que envuelve a un Espectáculo, que se formó, existe y vive desde sus más remotos orígenes, únicamente y gracias a la presencia incuestionable de su Majestad El Toro Bravo.

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