El 1 de diciembre de 2018 -en el Zócalo de la Ciudad de México y ante poco más de 160 mil seguidores del Movimiento de Regeneración (Morena)- Andrés Manuel López Obrador habló de los 100 compromisos que cumpliría durante su sexenio. El número 31 hablaba de que los recursos que se ahorren por no permitir la corrupción y gobernarnos con "austeridad republicana" irían a programas del bienestar social. Y el 2 de agosto de 2022 -desde su conferencia mañanera- anunció que su gobierno pasaría "de la austeridad republicana" a la etapa "de pobreza franciscana", lo que significaba una nueva lucha por acabar con los altos sueldos de los funcionarios públicos, disminución de viajes y viáticos al extranjero, además de reducir drásticamente todos los gastos de operación gubernamental. La 'intención' era "adelgazar la burocracia". Bueno, pues a poco más de 3 años del ofrecimiento 'franciscano' y exactamente a un año de la llegada de su 'elegida' a continuar con la 'chamba' en Palacio Nacional, le podemos decir al expresidente.Los ejemplos de funcionarios públicos que ignoran las 'súplicas' que se hacen desde Palacio Nacional para trabajar bajo los principios de austeridad son muchos y muy conocidos, ya han obligado a Claudia Sheinbaum a salir al paso ante tantas polémicas creadas y tratar de poner un alto a una crisis de credibilidad en el partido gobernante -que es el más poderoso- y que se encuentra además peligrosamente dividido. La petición de la mandataria es "vivir en una justa medianía", pero la realidad nos habla de que muchos de los morenistas han puesto "oídos sordos" a la recomendación y se dan la gran vida.Este fin de semana, durante el inicio de la reunión primaria del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara de Diputadas, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, llegó con un mensaje muy claro, no a título personal, obvia decirlo que fue una 'guía' a seguir por parte de la presidenta Sheinbaum: "La austeridad republicana es la base de la justicia social de la cuarta transformación. La austeridad no es un slogan, es un principio rector de nuestro movimiento, de nuestro gobierno, es una filosofía de vida que se opone frontalmente al despilfarro y los lujos del pasado". Más claro, ni el aguaSin embargo, hasta hoy, a Andrés Manuel López Obrador no le hicieron caso y a Claudia la ignoran, porque en los dos gobiernos morenistas no ha habido "austeridad republicana" y menos "pobreza franciscana".Usted, ¿qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net