Apenas el pasado 2 de junio hablábamos en este mismo espacio sobre las masivas protestas de este año en Brasil y Colombia, a la vez que recordábamos lo sucedido en el 2019 cuando en Venezuela, Perú, Puerto Rico, Honduras, Nicaragua, Chile, Colombia y Bolivia como la gente había salido a calles a manifestarse básicamente exigiendo justicia, democracia, menos pobreza y mejor atención ante los efectos de la pandemia. Aquellos movimientos fueron calificados como la ‘primavera latinoamericana’, parafraseando al exitoso movimiento social en los países árabes entre el 2010 y 2012 y que es conocido como ‘la primavera arabe’.Hoy, en los últimos días se incrementan las demostraciones públicas en la geografía de Centro y Sudamérica. En Guatemala, la Alianza Convergencia por los Derechos Humanos, compuesta por 11 organizaciones exigen la renuncia del presidente Alejandro Giammattei por el manejo de la pandemia. En Nicaragua, aumentan las protestas en contra del presidente Daniel Ortega por la detención de los principales candidatos opositores para la elección presidencial. En Haiti, el asesinato del presidente Jovenel Moise, tiene a ese pais caribeno en la incertidumbre. En Venezuela, este lunes el gobierno de Nicolas Maduro intentó detener a Juan Guaido, a quien muchos países lo reconocen como el presidente legítimo. Y lo sucedido el fin de semana en Cuba, donde históricamente miles salieron a las calles gritando “Ya no tenemos miedo” y pidiendo ‘Libertad’, más que exigir salir de la pobreza o tener la asistencia médica necesaria ante la crisis de salud, de tomar más fuerza este movimiento social pudiera convertirse en la ‘primavera cubana’ -como sinónimo de renacimiento, renovación, restitución o florecimiento de una nueva sociedad-.La posición de Estados Unidos ante los hechos en Cuba fueron conocidos a través de un comunicado del presidente Joe Biden, haciendo “un llamado al régimen cubano para que escuche a su pueblo” y agregando que “apoyamos al pueblo cubano y su clamor por la libertad”, más bien pareció una expresión ‘de dientes para afuera’, sin expresar realmente lo que se interpreta debe estar pensando, pero que políticamente tiene que darle tiempo a los acontecimientos y desarrollo de la crisis para -por obvias razones- tomar un papel protagónico en la búsqueda de la democratización de la isla del caribe.Quien sí definió bien su posición -opuesta a Biden- fue el presidente de México. Lopez Obrador habló de “intervencionismo extranjero y de organizaciones como Artículo 19 (de origen inglés y dedicada al respeto de los derechos humanos), a quien culpo de “proponer posturas políticas y falsas contra la soberanía”, con la intención de “provocar desestabilización social”. Pidió al mandatario -y aquí sí tiene toda la razón- se termine el bloqueo comercial, y hasta instruyó al canciller Marcelo Obrard a que si es necesario se haga un puente humanitario, “con medicamentos, vacunas, comida, lo que sea necesario”, para ayudar al pueblo de Cuba, lo que fue más bien una pose política y populachera, además de un exceso, porque cuando se habla de caridad lo primero se tiene que cumplir son con las necesidades en casa. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net
