Recientemente, el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una propuesta para gravar en un 5 por ciento las remesas que envían nacionales de otros países, incluyendo a nuestros compatriotas, desde Estados Unidos.Además de México, la India sería el país más afectado en caso de que la iniciativa se convierta en Ley, para lo cual se necesita la aprobación de ambas Cámaras, así como la firma presidencial.La Presidenta ha dicho que tratará de colaborar en una estrategia conjunta con la India y otros países para ejercer presión en Washington y evitar el cobro de este gravamen a gente que trabaja duro para apoyar a sus familias en su país de origen.Un argumento que tratará de esgrimir la Jefa del Ejecutivo será que Estados Unidos violaría su propia legislación, pues incurriría en la doble tributación. Hasta cierto punto esto es cierto, ya que los mexicanos en el exterior que carecen de la documentación apropiada pagan impuestos, tanto al valor agregado, como al consumo.Ya veremos si la estrategia del Gobierno funciona, aunque llama la atención que tanto su antecesor como la Presidenta han invocado continuamente una lectura estricta de la Doctrina Estrada; es decir: a la no intervención en asuntos internos de otros países. El doble estándar aquí es palmario.De cualquier manera, hay que decir que la medida planeada por el gobierno estadounidense podría resultar contraproducente. Expertos en la materia, como por ejemplo el Foro de Remesas del Cemla, explican que los emisores de remesas en Estados Unidos podrían exitosamente recurrir a medios alternativos no regulados para eludir el nuevo impuesto, mientras continúan haciéndole llegar recursos a sus seres queridos. Algo que podrían hacer, por ejemplo, es utilizar los criptoactivos, empresas fintech o simplemente a amistades de origen estadounidense para enviar el dinero.De cualquier forma, las remesas podrían concebirse como una de las grandes formas de la generosidad. Se calcula que los mexicanos que laboran en Estados Unidos apartan el 16.7 por ciento de sus ingresos para enviar a sus familias y otros seres queridos. El mes de marzo de este año la cifra de remesas enviadas de Estados Unidos a nuestro país fue de cinco mil 150 millones de dólares, lo que significó un aumento del 16 por ciento en comparación con el mes anterior.Aunque se trata de un porcentaje respetable, eso quiere decir que los migrantes mexicanos consumen o ahorran en Estados Unidos el 83.3 por ciento de su ingreso, enorme contribución al desarrollo de la economía estadounidense.La medida indudablemente parece ser parte de la ola chauvinista que ha inundado Estados Unidos desde el arribo de Trump a la presidencia. Esperemos que las voces más sensatas se impongan y se tome en cuenta el interés económico de todo el mundo en lugar de prejuicios ideológicos.