Es una franja que rodea a las edificaciones particulares. Es, como su nombre lo indica, una restricción a las construcciones en favor del espacio público. Es una contribución al mejor funcionamiento y aspecto de las calles. Estas fracciones de los predios son parte de las propiedades privadas, pero son una contribución obligatoria para la comunidad. Y son vitales. ¿Por qué?Porque su existencia -en el mejor de los casos- aporta cientos de miles de metros cuadrados de áreas verdes, y potencialmente numerosísimos árboles, con lo que las servidumbres constituyen una importante contribución a las condiciones ambientales de la ciudad. Porque los espacios libres así logrados vuelven al espacio público, donde así viene al caso, más amplio, ventilado y saludable. Y visualmente mucho más atractivo.Sin embargo, un muy significativo porcentaje de las servidumbres urbanas están invadidas ilegalmente por construcciones, tienen exceso de pavimentos (la norma marca que por lo menos 50% de estas superficies sean verdes), o están desvirtuadas por múltiples elementos. Resulta por lo menos extraño que las autoridades municipales poco hagan por mantener las servidumbres en el estado debido y menos por recuperarlas.Hasta donde se sabe, las primeras servidumbres, por los tres lados frontales de las fincas, fueron dispuestas hacia principios del siglo XX por Guillermo de Alba en su proyecto para la primera “colonia” ubicada fuera del tradicional término de la mancha urbana: la Colonia Moderna. Una vuelta por dicha demarcación, al día de hoy, muestra las enormes bondades de esta medida, que siguió la tendencia inglesa de la “ciudad jardín”, higiénica y aireada. Era además un recurso indispensable para dar luz y ventilación a esquemas domésticos que abandonaron por primera vez el partido tradicional de casas con patios centrales. A la Colonia Moderna siguieron la Reforma, la Francesa, la Americana…y muchas otras que han sido desarrolladas desde entonces.Un ejemplo de punta de flagrantes violaciones a la norma municipal de las servidumbres: Lafayette/Chapultepec. Incomprensiblemente se ha permitido la invasión de las servidumbres en buena parte de la longitud de esta tan importante y emblemática avenida. Al día de hoy, para reiterar el ejemplo, se están violando todos los ordenamientos municipales y fisonómicos en la valiosa casa de la esquina suroriente de Montenegro y Lafayette/Chapultepec. Se informa que ya ha habido dos clausuras de la obra por este motivo; incomprensiblemente las acciones siguen, lo que es motivo de acción penal.Por su carácter privado, no es fácil conservar y recuperar las servidumbres en el estado y la función debidas. Se ocupa el convencimiento de las bondades, ventajas y responsabilidades sobre estas áreas de cada propietario, inquilino y usuario. Corresponde a la autoridad difundir las obligaciones y ventajas de las servidumbres; y luego sancionar los abusos puntualmente. Y luego corresponde a la ciudadanía, consciente, respetar y defender las vitales servidumbres urbanas.jpalomar@informador.com.mx
