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No eres tú, Padilla, es AMLO: Alfaro

Por: Jonathan Lomelí

No eres tú, Padilla, es AMLO: Alfaro

No eres tú, Padilla, es AMLO: Alfaro

Febrero de 2010

Enrique Alfaro, entonces joven alcalde de Tlajomulco con sólo 37 años, declaró su municipio «territorio liberado de Raúl Padilla López».

Su primera medida fue correr a los padillistas que le había impuesto el Licenciado, entre ellos Enrique Velázquez, director de Desarrollo Social, y hoy diputado de Hagamos.

 

Pocos lo recuerdan, pero la maniobra de Alfaro no fue la de un lobo solitario. En aquella rebelión en la granja tlajomulca, dejó claro que su desafío al Grupo UdeG tenía el respaldo de Marcelo Ebrard, jefe de gobierno de la Ciudad de México; el coordinador de los diputados del PRD en San Lázaro, Alejandro Encinas, y por supuesto del excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

El secretario general del PRD Jalisco, Ismael del Toro, comandó un motín contra el líder estatal del Sol Azteca, un tal Magallanes, para respaldar la emancipación de Enrique Alfaro, su jefe político.

Todos eran perredistas: Alfaro, Padilla, Encinas, Ebrard, López Obrador.

No era nada personal contra el licenciado Padilla. El cálculo político de Alfaro quedó claro cuando jugó en 2012 como candidato a gobernador por la nueva franquiciade Movimiento Ciudadano y en alianza con el perredista Andrés Manuel rumbo a la Presidencia.

Ambos perdieron.  

Padilla jugó con el PRI de Aristóteles y ganó.

***

Marzo de 2013

En seis años de aristotelismo, Padilla usó al PRD local como fiel de la balanza en las reasignaciones presupuestales del Congreso de Jalisco. Cada diciembre, la discusión delPaquete Económico se alargó hasta la madrugada y siempre terminó con dos ajustes decajón: más dinero para la Universidad de Guadalajara, y más recursos para el sueño ylegado del Licenciado: el Centro Cultural Universitario (CCU) en Belenes. Este últimoconsolidó en ese sexenio avances millonarios con la Biblioteca Pública del Estado, la Plaza Bicentenario, el Conjunto de Artes Escénicas, la Cineteca y el inicio del Museo deCiencias Ambientales, hoy tema de disputa.  

La relación entre Aristóteles Sandoval y Padilla se basó en el respeto a losintereses de cada uno. Un complejo mecanismo de gobernabilidad, negociación política y amagos permitió transitar en un sexenio sin aparentes rupturas. Las protestas contra la inseguridad y el conflicto por las tierras del Aeropuerto tapatío tenían siempre un aire melenudo. No pasó a más.

Mientras Alfaro se convertía en la voz de la oposición ante el último priato estatal y al asumir la alcaldía de Guadalajara, el Grupo Universidad mantuvo una posición siempre a conveniencia con uno y otro gobernante, pero sin rupturas o espaldarazos flagrantes.

Hasta que llegó la elección presidencial de 2018.

***

Julio de 2018

El destino volvió a unir a los ex perredistas pero bajo una ecuación distinta: Alfaro y Padilla cristalizaron una alianza desafiando cualquier geometría política: PAN-PRD-MC compitieron juntos las elecciones de 2018.

El tamaño del acuerdo alfarista y padillista fue evidente cuando Tonatiuh BravoPadilla, ex rector de la UdeG, encabezó la lista de diputados federales naranjas como coordinador de la bancada en San Lázaro. Otros nombres como Abril Alcalá, EnriqueVelázquez, Mara Robles, obtuvieron posiciones gracias a ese acuerdo cupular.

Alfaro ganó la gubernatura, pero se equivocó junto con Padilla en la apuesta presidencial por Ricardo Anaya. El resultado aplastante de López Obrador sepultó a la oposición. Alfaro enarboló un incipiente movimiento contra el centralismo federal, logró los primeros meses impulsar su marca personal en medios nacionales, pero al final se replegó. Contra la fuerza del presupuesto obradorista no pudo más que agachar la cabeza.

Durante prácticamente tres años, el Grupo Universidad y el alfarismo caminaron juntos a la sombra de las decisiones presidenciales. Hasta que llegó la elección intermedia de 2021.

Agosto de 2021

 «Somos   amigos,   pero   ya   no   somos   aliados»,   dijo   un   emecista   sobre   el   Grupo Universidad después de que en 2021 el Grupo Universidad rompió la alianza con los naranjas y formó su partido Hagamos. Cada uno jugó solo.

Los resultados electorales le dieron en Jalisco un voto de confianza (y miedo) a los emecistas frente a Morena. Entonces la desbandada de actores políticos hacia Hagamos hizo evidente la ruptura con el Grupo Universidad, pero aún sin perder la cordialidad.

El pegamento de esa relación tirante entre el padillismo y el alfarismo se llamaba Andrés Manuel López Obrador. Un enemigo en común los mantuvo unidos hasta que elpasado martes 03 de agosto algo cambió. 

Ese día, en la mañanera, el Presidente acusó a Raúl Padilla López de impedir elregreso a clases presenciales en Jalisco por criterios políticos. Lo llamó, como otrasveces, cacique. El mensaje llegó justo un día después de la reunión de Alfaro con el Presidente en Puerto Vallarta para   acordar el apoyo presupuestal de proyectos prioritarios para Jalisco.

La molestia del Presidente coincidió con la que trascendió de Alfaro cuando anunció que en Educación Básica para Jalisco el regreso sería presencial pero, acompañado por el rector Ricardo Villanueva, este último dijo que el regreso para losuniversitarios sería completamente virtual.

Lo que parecía una maniobra política de dos nuevos aliados, Alfaro y el Presidente, se confirmó días después. Alfaro operó para simular que sus diputados le pidieron un ajuste presupuestal que estuvo siempre en sus manos para reasignar 140 millones depesos del Museo de Ciencias Ambientales al Hospital Civil de Oriente en Tonalá.

La maniobra es política y no es una casualidad. Tonalá es el único municipio morenista de la zona metropolitana de Guadalajara.

Días después de que Marcelo Ebrard anunció su demanda contra fabricantes de armas en Estados Unidos, Alfaro anunció que el decomiso de un arsenal en Tlajomulco había permitido rastrear una red de tráfico de armas en Estados Unidos, lo que legitima el discurso del gobierno federal.

Lo que vemos son apenas signos de una alianza entre AMLO y el gobernador deJalisco. Es razonable. El margen de negociación entre Alfaro y AMLO se amplió despuésde la elección del 2021. Movimiento Ciudadano sembró una tímida idea de que puedeser una tercera vía en 2024. El triunfo en Nuevo León y en Jalisco, dos motoreseconómicos del país, sentó a la mesa a dos viejos aliados y opositores.

Ahora ambos tienen al qué ofrecerse. El recorte presupuestal a la UdeG seexplicaría entonces no como una afrenta o distanciamiento del gobernador con el GrupoUniversidad sino como un gesto de condescendencia a los intereses presidenciales y sugrupo.

Por eso resulta una distorsión pensar que Enrique Alfaro se peleó con Raúl Padillacuando se trata de una lógica contraria: su cálculo político, como en 2010, le indica queAMLO es mejor aliado que Raúl Padilla, al menos hasta 2024.

La historia siempre se repite.

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