El 22 de febrero de 1960, EL INFORMADOR adelantaba que el club Oro estaba por contratar tres jugadores brasileños del Sao Paulo, entre los que se encontraba el atacante Manoel Tavares Barbosa, llamado “Neco”, que se quedaría en México y luego del Oro militaría en el Monterrey, Morelia y Laguna.Llegaba así a Guadalajara el protagonista del que sería el episodio más memorable en la historia del club de los joyeros.“Neco” fue uno de los primeros futbolistas del Sao Paulo en ser vendido al exterior, porque el club necesitaba fondos para completar la construcción del Estadio Morumbí, que todavía es casa del equipo brasileño.La llegada de “Neco” y sus compatriotas Juraci Luiz Gaetán y Luiz Carlos Peters “Carlito”, todos jugadores del Sao Paulo, es significativa por otro motivo: según apuntaba EL INFORMADOR en 1960, se trataba de los primeros jugadores brasileños contratados por un equipo tapatío.La carta de presentación de “Neco” en el futbol mexicano fue inmejorable. El jugador, que había marcado 31 goles con el Sao Paulo en 1959, visitó Guadalajara a inicios de 1960, todavía como jugador del club paulista, para disputar el Pentagonal Internacional de Occidente en el que los brasileños se coronaron campeones derrotando en el camino por 6-0 a las Chivas del Campeonísimo y por 4-0 al Oro.La goleada del Sao Paulo a los rojiblancos ocurrió el 3 de febrero de 1960. Antes de que terminara el mes “Neco” ya era jugador del Oro.El destino del brasileño parecía ser convertirse en un dolor de cabeza para Chivas. Gracias a “Neco”, el Oro consiguió el 20 de diciembre de 1962 el único título de su historia, que prácticamente le quitó de las manos al Guadalajara.Chivas y Oro, que era dirigido por Árpád Fekete, llegaron respectivamente como líder y sublíder a la cita que definiría al campeón, con los rojiblancos en primer lugar con una diferencia de sólo un punto. Al Rebaño le bastaba un empate para sumar su sexto título (y el quinto consecutivo), pero “Neco” les arruinó la fiesta.Un cabezazo del brasileño al minuto 25 del segundo tiempo se convirtió en el único gol de un partido más emotivo que técnico, que concluyó con la coronación de los Mulos.En 2012 “Neco” volvió a Brasil y fue recibido con alegría por el Sao Paulo. Mientras recorría la cancha del Morumbí, el estadio que ayudó a construir, le preguntaron cuál es el gol que recuerda con más cariño y el ex jugador no dudó en mencionar el tanto que hizo campeón al Oro ante el Guadalajara.Tras más de 50 años en México, el portugués de “Neco” se ha vuelto vacilante. El ex jugador tiene que esforzarse para transmitir a sus compatriotas lo que significó quitarle un título al Campeonísimo: “Jugamos contra Guadalajara, el equipo más grande allá en México”.Lo que “Neco” no alcanza a explicar es que esa noche Chivas se lanzó con pundonor al ataque y Jaime “Tubo” Gómez, el legendario portero rojiblanco, estuvo a punto de anotar en dos ocasiones, pero Antonio Mota, guardameta del Oro, le negó el gol. Por una vez el mejor equipo en la historia de México tuvo que irse con las manos vacías.En el Estadio Morumbí, lo que “Neco” no logra poner en palabras (tal vez porque es imposible) es el sabor de esa gloria que es aún más dulce porque uno logra robársela por una vez a aquellos que parecen capaces de acapararla toda.
