México se ha convertido en uno de los peores obstáculos para Joe Biden. A poco menos de año y medio de asumir la presidencia, el mandatario norteamericano no solo se enfrenta a uno de los peores niveles de aceptación entre los ciudadanos de su país, sino que ahora lucha en contra de la desaprobación de la comunidad latina -que supera los 60 millones de personas y de ese universo casi 40 millones son mexicanos- y como cereza en el pastel el presidente López Obrador lo ha colocado en una encrucijada. De acuerdo con una encuesta de Associated Press en coordinación con el Center for Public Research publicada la semana anterior por Los Angeles Times, la aprobación de Biden ha caído en su nivel más bajo desde que tomó posesión. Solo un 39 por ciento de los estadounidenses respaldan su trabajo en la oficina Oval. Solo alrededor de dos de cada diez estadounidenses piensan que va en la dirección correcta. A eso debemos de agregar que uno de los pilares electorales como es la comunidad latina -que ya es la segunda mayoría en el país- le ha dado la espalda y sólo un 26 por ciento aprueba su desempeño.A todo esto hay que agregar la manera cómo López Obrador lo ‘ha puesto frente al pelotón de fusilamiento’ con su campana interpretada como un boicot -en Estados Unidos- para la próxima reunión Cumbe de las Americas a celebrarse en junio en Los Ángeles.Una veintena de países del continente han seguido el ejemplo de pronunciarse en contra de la Cumbre si Cuba, Venezuela y Nicaragua no son invitados por el gobierno norteamericano. De continuar ese cuestionamiento y varios mandatarios no asisten o solo envían a representantes -como sucederá con Mexico, donde nos representará el Canciller Ebrard- será uno de los fracasos más grandes de Biden. Todos los días se suman voces discordantes y el vacío que se provoque en la Cumbre será devastador para el mandatario estadounidense en su política para el hemisferio y en su poder político.México ha iniciado una ‘desbandada’ que abre más la grieta que existe entre Washington y América Latina, donde los vecinos del norte han descuidado la relación continental. Como muestra baste decir que una tercera parte de las embajadas en latinoamérica están vacantes según el diario Washington Post. Muchos países ya no dependen de la inversión norteamericana, ahora empiezan a incrementar su relación comercial con China que en los últimos años se ha posicionado e incrementado su presencia en todos los sentidos. Con su desatención Estados Unidos ha dejado el zaguán abierto a otros intereses.Sin embargo, con la posición retadora que Lopez Obrador ha asumido con el asunto de la Cumbre, prácticamente ha ‘sugerido’ la orden de ‘disparen’ en contra de un Biden que está indefenso y a merced del pelotón -países latinoamericanos- en el ‘paredón de fusilamiento’.De la Casa Blanca no han salido palabras o calificativos sobre la posición asumida por el gobierno de México, pero sí ha sucedido en otros sectores de poder. La semana pasada el legislador republicano Carlos Giménez dijo que México no es un socio fiable para Estados Unidos, sino más bien un actor que ha demostrado su voluntad “de socavar los intereses estratégicos” estadounidenses. Y agrega que nuestro país “explota la fallida política exterior de Biden...y en los dos últimos dos años, México ha sido más enemigo que un socio”, haciendo referencia a la postura migratoria mexicana y acercamiento con Cuba.La posición mexicana -que se ve como proveniente del peor enemigo de Biden- por la Cumbre ha dolido mucho en Washington. El golpe severo de López Obrador ha sido estratégico y seguramente tendrá consecuencias para México en el futuro mediato. ¿Usted, qué opina? daniel.rodriguez@dbhub.net
