Jueves, 28 de Marzo 2024

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México, el cine y la violencia

Por: Dolores Tapia

México, el cine y la violencia

México, el cine y la violencia

Oigan pues no puedo dejar de mencionar la experiencia del documental “Ayotzinapa, el paso de la tortuga”, un trabajo recién estrenado en Guadalajara (dentro del FICG33) dirigido por Enrique García Meza y como había mencionado en otra columna, producido por Guillermo del Toro y la magnánima Bertha Navarro. El trabajo tuvo el apoyo de FOPROCINE y aborda una fibra ultrasensible en nuestra historia moderna. Algunos de los padres de los jóvenes desaparecidos asisten a la presentación del filme como un acto de profunda resistencia al olvido.

Profunda resistencia. Resistir al olvido. Fueron 43 estudiantes desaparecidos, 9 muertos y 23 heridos. Ninguna autoridad formalmente constituida en ningún nivel resolvió nada.

El filme arranca con los hechos ocurridos el 25 y 26 de septiembre del año 2014, cuando en Iguala, Guerrero son desaparecidos —por elementos de la policía— 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos. En este trabajo participan familiares de los desaparecidos, compañeros, padres y también jóvenes sobrevivientes de esa  noche que ha marcado con horror la historia del México contemporáneo.  También se incluye la versión —a raíz de una profunda investigación— de la periodista Anabel Hernández y el cinismo en estado puro de Murillo Karam y la versión del gobierno.

El documental inauguró ayer Ambulante en Morelia.

Nosotros como ciudadanos debemos insistir en no olvidar. Ahí están también trabajos como “Ni vivos, ni muertos” de Luis Ramírez y Federico Mastrogiovanni así como “Ayotzinapa, en mí” de Tito Román quien señaló a nuestro país como un: “Estado violador de los derechos humanos”, así como lo hizo recientemente Gael García Bernal ante la ONU, organismo internacional que al parecer comenzará a promover investigaciones sobre las innumerables violaciones a los derechos humanos.

Insisto con el tema, más aún en una vida secular donde la violencia nos ha alcanzado, no es un asunto policíaco es un asunto de todos nosotros. Somos nosotros quienes tenemos que hacer que no se olvide.

Hasta el momento que se escribía esta columna no se tenían noticias de los jóvenes estudiantes del CAAV desaparecidos en Tonalá: Javier Salomón Aceves Gastelúm, Marco Dávalos y Daniel Díaz quienes fueron “levantados”, el hecho se hizo viral en redes sociales y hasta el momento… nada.

Subrayo con sarcasmo, pero ¿de verdad osamos decir “no queremos estar como Venezuela” como un argumento verídico? ¿Ya vimos —o todavía no— cómo vivimos verdaderamente en México? ¿Cuáles son realmente nuestros cuadros comparativos? ¿Nuestras opciones? ¿Cuál ha sido nuestro pasado? ¿Qué nos espera?

Yo confío hoy que Javier Salomón Aceves Gastelúm, Marco Dávalos y Daniel Díaz regresen con bien a su escuela, a sus familias, a su vida. Confío en que entendamos, sepamos, metabolicemos que somos los ciudadanos los únicos que podemos no dar la vuelta a la página.

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