Jueves, 28 de Marzo 2024

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Mexicaltzingo. La cuestión del agua

Por: Juan Arturo Camacho Becerra

Puente de las Damas. Aspecto del sitio en el Centro Histórico. EL INFORMADOR / G. Gallo

Puente de las Damas. Aspecto del sitio en el Centro Histórico. EL INFORMADOR / G. Gallo

Fray Antonio Tello en su Crónica Miscelánea de la Santa Provincia de Jalisco escribe: “Poblaron algunos indios mexicanos en unas fuentes u ojos de agua, de los que habían venido con el Virrey Don Antonio de Mendoza, y pusieron por nombre al pueblo de Mexicaltzingo”. Mota Padilla, en 1742, escribió que en la parte Sur de la ciudad, “hay varios ojos de agua, tan cristalina y dulce, que sufraga a todo aquel vecindario y barrio de Mexicaltzingo”, además regaba la huerta del Convento de San Francisco lamentando que “no se han podido encañar éstas ni las otras aguas para el centro de la ciudad, por ser su situación más elevada”. (Iguiniz, 1950, t, I).

Según Manuel López Cotilla se intentó realizar esta obra hidráulica: “En 1811 se emprendió, por orden del general Cruz, la construcción de la toma de agua de Mexicaltzingo, para elevar por medio de norias y repartir en la ciudad la que nace en aquel punto; más la obra se abandonó en el tiempo mismo de su gobierno, después de estar concluida en la parte esencial, porque no dio buen resultado a causa de su mucha elevación y de haberse empleado cañerías de barro con una cavidad superior a su resistencia” (Iguiniz, 1950, t, 1).

Para evitar que la crecida de los arroyos del Manzano y del Arenal durante el temporal, causaran víctimas entre indígenas y las damas que los viernes veneraban al Señor de la Penitencia, se construyó el Puente de las Damas, entre Colón y La Paz, que ya existía para 1798. (Ibarra, 2007). Su nombre deriva de que señoras de la ciudad contribuyeron para construirlo ya que antes, la población que iba a Mexicaltzingo a comprar carne o por devoción al Señor de la Penitencia, pasaba sobre el arroyo del Arenal entre basura y desperdicios. (Fernández, 1971).

Para aprovechar estos caudales, en 1801, la Cofradía del Señor de la Penitencia solicito a la Diócesis  establecer “baños públicos en un terreno a la orilla del rio y a espalda de la garita de Mexicaltzingo, y que lo que produjeran de estipendios fuera para el culto, ornato y ornato del Smo. Señor de la Penitencia”. (AHAG. Sec. Gobierno).

Victoriano Roa en Estadística del Estado de Jalisco (1822), cita las fuentes públicas y caudales de agua que recorren la ciudad: “…hay tres  ojos de Agua permanentes, conocidos por los del Tanque, Presa y Mexicaltzingo, y estos dos últimos forman dos riachuelos, que atraviesan la ciudad”. Señala también que los barrios de Guadalajara “sirven comúnmente de paseo a su moradores, pues se hallan en ellos algunas huertas y casas de campo con abundancia de agua que se saca de norias”. (Roa, 1981).

Para el viajero Mathieu de Fossey, quien visitó la ciudad en 1850, el estancamiento del agua no fue agradable: “aunque la ciudad se encuentra también en las mejores condiciones de salubridad, las fiebres intermitentes reinan no obstante con bastante frecuencia en el barrio de Mexicaltzingo. Esto proviene de la cercanía de un riachuelo, cuyas aguas, llenas de inmundicias, se corrompen en muchos lugares, inconveniente que desaparecería pronto con algunos trabajos de saneamiento”. (Iguiniz, 1950,t,I).

Cada temporal provocaba dificultades para llegar al barrio, por lo que se construyeron otros puentes, como el de Manzano. De los accidentes que causaban las crecidas y la necesidad de construir otros puentes, dan cuentan oficios de vecinos al Ayuntamiento de Guadalajara, recogidos por el cronista de Mexicaltzingo José Trinidad González Gutiérrez, en su libro “El arroyo del Arenal” (2003).Por la actual avenida de La Paz, a su altura con Donato Guerra, Ocampo, Galeana y Colón, brotaban algunos manantiales que creaban pequeños arroyos, originando esa confusión aparente de calles que conocemos como las “nueve esquinas”.

*Juan Arturo Camacho Becerra es Doctor en Historia del Arte por la Universidad Nacional Autónoma de México.

-Juan Bautista Iguiniz, “Guadalajara a través de los tiempos”, Guadalajara, Banco Refaccionario de Jalisco, 1951.

-Roberto Franco Fernández, “Monumentos históricos y artísticos de Jalisco”, Guadalajara, CCJ, 1971.

-Trinidad González Gutiérrez, “Añoranzas de Mexicaltzingo”, Guadalajara, Ediciones Pacifico, 2004.

-Enrique Ibarra Pedroza, “El puente de las Damas”, Guadalajara, Ayto. de Guadalajara, 2007.

-AHAG. Sec Gobierno, serie Parroquias, Mexicaltzingo, caja 1.

-Victoriano Roa, “Estado Libre de Jalisco”, Guadalajara, UNED.

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