Jueves, 18 de Abril 2024

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"Los niños"

Por: Maya Navarro de Lemus

"Los niños"

“Aventura de México”

Efraín González Navarro

Finales de agosto de 1847 las tropas invasoras norteamericanas al mando del General Winfield Scott, hizo un alto después de la victoria de la hacienda de Portales y convento de Churubusco, defendido por los batallones: “Polkos” y de San Patricio. El 27 de agosto, se conferenció con los generales mexicanos, Joaquín Herrera e Ignacio Mora y Villamil, para fijar los nuevos límites de Texas, punto neurálgico de esta guerra, entre ambos países. Los mexicanos escucharon las nuevas demandas consistentes en la cesión, de: Nuevo México, la Alta y Baja California, y otorgamiento de derechos de libre tránsito por el Istmo de Tehuantepec, ofreciendo una indemnización en dólares. Mismas que no fueron aceptadas.  Los americanos acuartelados en Tlalpan a la vez enviaban a la cercana Ciudad de México un tren de carros vacíos y dinero para proveer de alimento a sus tropas, y, el ayuntamiento de la ciudad (increíblemente) dio protección a los invasores con comida y otras necesidades. El 6 de septiembre reinicia el ataque de los yankees, viendo estos un grave obstáculo… El Castillo de Chapultepec. Este fue concluido a finales del siglo XVIII por el Virrey Bernardo de Gálvez, que durante el virreinato servía de (caballerizas y bodegas de pastura). Siglo XIX durante la invasión yankee, sus instalaciones servían como Escuela Militar, bajo las órdenes del General Monterde. Los cadetes cuyas edades iban de los 14 a los 18 años, tomaron valientemente las armas en defensa de su país a pesar de tener ordenes de regresar a sus casas ante el inminente ataque norteamericano. Santa Anna había comisionado la defensa a Nicolás Bravo (antiguo insurgente de Morelos) quien contaba con 832 hombres, incluyendo a los cadetes. Alrededor del cerro del Chapulín estaba estacionado el batallón de Toluca con 450 hombres. El día 12 inició el cañoneo la mayoría abandono sus puestos y solo quedaron 27 valientes que se replegaron al castillo del cual muchos se descolgaron de sus bardas para salvar el pellejo. El General Bravo presentó batalla con pocos elementos y los que luego llamamos, NIÑOS HÉROES. La jornada inició con un fuerte cañoneo sobre el cerro y el castillo. Los americanos entraron sin mayor dificultad. Santa Anna escribiría en sus memorias, que no pudo auxiliarlos, por haberle anunciado un ataque por la garita de San Lázaro, opuesto de la ciudad habiendo enviado en vano al coronel Xicoténcatl y 400 bravos hombres, pagando con su vida el coronel, y sobreviviendo solo 32.

Castillo de Chapultepec, el lugar de la gesta histórica. NOTIMEX

La jornada terminó tomando la “temible fortaleza” los americanos, con cargas de bayonetas. La cuota de sangre de esta acción fue dolorosamente sensible, entre las víctimas se encontraron 6 heroicos alumnos del Colegio Militar. La aportación de estos “Niños Héroes”, es controvertido, así como las historias tejidas a su alrededor, pero es un hecho que, Juan Escutia, Juan de la Barrera, Vicente Suárez, Francisco Márquez, Fernando Montes de Oca, y Agustín Melgar, defendieron su patria, y por lo tanto el homenaje que se les rinde en el aniversario de su sacrificio… es muy merecido… la última batalla de la guerra con Estados Unidos se dio ese 13 de septiembre de 1847. Quedando prisioneros: Nicolás Bravo, Mariano Monteverde y cadetes, entre estos: Miguel Miramón. Santa Anna ordenó  a las tropas de salir de la ciudad; renunciando a la presidencia de la república, que dando en su lugar Manuel de la Peña y Peña, Presidente de la Suprema Corte de Justicia. Los poderes de la nación se trasladaron a Querétaro. Winfield Scott hizo triunfal entrada a la Ciudad de México al frente del ejército americano el 14 de septiembre. Tristísimamente ondeó la bandera de las barras y las estrellas, desplazando a nuestro: Lábaro Patrio. El Capitolio de Washington exhibe una gran pintura con esta escena y su ejército ordenadamente formado en el Zócalo. Desde la toma de Churubusco 60 valientes, Irlandeses del Batallón de San Patricio, que abandonaron el ejército americano para apoyar a la justa causa mexicana, fueron sentenciados los primeros 29 a ser ahorcados en Mixcoac; los 9 restantes se les conmutó la pena y fueron condenados a 50 azotes y marcados en los carrillos con la letra “D” de desertor. Junto a los americanos vencedores, se paseaban ufanamente muchos mexicanos liberados de las cárceles de Puebla que se habían unido a los invasores y tomado armas contra México… Y… tristemente, así terminó la guerra “del 47” contra los gringos…

Twings encaró al rendido general Pedro María Anaya, requiriéndole le entregara, armas y parque, contestó, con la célebre frase… “Si tuviéramos parque, general, ustedes NO, estarían aquí”.

maya.navarro@hotmail.com

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