Sábado, 11 de Octubre 2025

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Levantones  

Por: Allá en la Fuente .

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En esta H. Cantina hablamos con policías investigadores sobre lo ocurrido durante la manifestación del 5 de junio en la Fiscalía del Estado. Esta es su versión.

Los elementos acusan la existencia de un chivo expiatorio en la figura del comandante Salvador Perea (J3), vinculado a proceso este sábado por el delito de abuso de autoridad.

Piden que también se indague al director general de la Policía Investigadora de la Fiscalía Estatal, Francisco de Jesús Gutiérrez Vázquez (J1) y al subdirector Arnoldo Figueroa Espinoza (J2), pues ellos, aseguran, están involucrados.  

Es imposible, argumentan, que sólo Perea haya organizado y ordenado la detención ilegal de 60 jóvenes para luego trasladarlos a las instalaciones de la Fiscalía, sin enterar a mandos superiores.

Todos refieren una supuesta reunión en Casa Jalisco, el jueves previo a la protesta, en donde se dibujó la estrategia y se ordenó la contención de manifestantes que se convirtió en un escándalo al siguiente día.

Cuentan que el operativo estuvo mal diseñado, pues la indicación fue “evitar que los jóvenes acudieran a manifestarse a la Calle 14”, pero los agentes comenzaron a detener a los manifestantes.

Señalaron que tras llevarlos de manera irregular a “la jaula” de la Fiscalía, no supieron qué hacer, razón por la cual los sacaron nuevamente y los trasladaron a sitios alejados de la ciudad para “tirarlos” por ahí sin sus celulares.

La saña contra el J3 tiene una explicación, según los agentes: había sido ascendido 15 días antes, luego de fungir como comandante del área de secuestros. Es decir, no formaba parte de la camarilla de mandos.  

Los tubos y palos fueron adquiridos desde el jueves pues la indicación es que para la contención de manifestantes no podían ir armados.

“Fue entonces (en Casa Jalisco) que se dio la orden por parte de los J1, J2 y J3, pero hasta el momento no sabemos quién les dio a ellos esa orden porque estamos seguros que llegó de más arriba”, relata uno de los policías involucrados.

La pregunta sigue en el aire: ¿quién ordenó las detenciones arbitrarias y por qué sólo han procedido contra un mando y un elemento de la tropa?
 

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