El Día Mundial del Teatro es una iniciativa del Instituto Internacional del Teatro (ITI, en inglés), que a su vez fue fundado en 1961 por iniciativa de intelectuales ingleses y de la Unesco. Una de sus tradiciones es publicar un mensaje anual que celebra a este arte; en 1962 el primer redactor fue nada menos que Jean Cocteau y en 1963, el segundo, Arthur Miller. Varios grandes nombres de la literatura moderna están en la lista y, junto con ellos, varios destacados artistas de la escena. El autor de “Los niños terribles” legó un sobrio texto en el que celebraba cómo, por gracia del sencillo entretenimiento, el teatro reconcilia por momentos a la gente, tan distinta entre sí; lo llamaba una forma de amor porque, en este fenómeno, “los antagonismos se desposan”.Miller, por su cuenta, recordaba que el teatro evidencia que la raza humana es una sola, y lo comparaba con “ojo de la tormenta” desde donde mirar a la guerra (arrancaba la de Vietnam). Escribía acerca de un “teatro de la voluntad”, un terreno en donde “el animal humano hallará una esperanza de libertad e identidad” y en donde, tras mirarse a sí mismo en cada función (como el observador que, según la ciencia, modifica el objeto observado), podría decidir que había cambiado y que podía cambiar su destino.Unos más que otros, los mensajes del Día Mundial del Teatro son sencillas reflexiones sobre la naturaleza de un arte con una enorme capacidad para reciclar su herencia con tal de dialogar con cada nueva generación. Lo subrayan Václav Havel, Darío Fo, Wole Soyinka o Peter Brook, Edward Albee o el mexicano Víctor Hugo Rascón Banda (invitado a ofrecer el mensaje de 2006).En 2018 hubo cinco autores, uno por cada continente, y la mexicana Sabina Berman fue la invitada americana, con un texto que se asombra de que, cuando los hombres más somos capaces de modificar al mundo, el teatro es la conciencia de que debemos “rescatar nuestra conexión con lo natural”. La redactora por África fue la artista marfileña Were Were Liking, que en un lindo giro contemporáneo destaca que la representación se vuelve participación.En conjunto, los textos anuales reflexionan sobre el teatro como un arte poderoso y vigente, latente en cada rincón del planeta, para lo cual se vuelve subversivo, crítico e incómodo, pero generoso y acogedor. Es una fortuna que grandes hombres de letras se interesaran en la efemérides, porque iba a ser muy amargo en el futuro hallarse con las majaderías cursis que muchos teatreros contemporáneos dejaron esta semana en las redes sociales. La buena noticia es que los textos anuales están publicados en la web world-theatre-day.org. Son breves y algunos, piezas bastante meritorias. Y además están a salvo de esa cita de Federico García Lorca que, de tan maltratada en el Face, es ya intragable: que el teatro es “poesía que se levanta del libro para volverse humana”.agoragdl.com.mx
