Interesante incursión del cine mexicano con esencia en el tema de la desaparición de seres humanos. La narración cinematográfica del hecho deja ver cuánto hay de verdad envuelta en la fantasía desde una lóbrega celda hasta la libertad enmarcada por las condiciones sociales.Escenografía: Toda tecnología parece ignorada en aquel bosque salvaje apocalíptico cubierto de neblina permanente, donde la supervivencia es principio y objetivo de la vida.En ese ambiente surge la inesperada desaparición de un joven adulto. El hecho motiva al hermano menor, Ángel, aún adolescente a salir de aquel ambiente limitado, a emprender la búsqueda en medio del entorno bajo la inhóspita neblina; acierto fundamental captado por el director Daniel Castro Zimbrón y la fotografía de Diego García dando un toque especial a la actuación de Brontis Jodorowsky, Aliocha Sotnikoff y la niña Camila Robertson, padre anciano de aquella familia sobreviviente al desamparo, pero dotados de aguda mirada. Todos dotados de introspección comunicadora.El monstruo aterrador que acecha, como en cualquier lugar del mundo. Está forjado en la imaginación del espectador que complementa la historia de forma original e interesante. La paradoja es la conversión del amor en terror.Las tinieblas es una realización mexicana en todos sus aspectos y por ello es apreciable. La locación es una población del estado de Hidalgo, que conmueve y convida a conocer sus propios valores y secretos. Con todo, la realidad y la fantasía conmueve.Reciente y cercana es la realidad de los desaparecidos, con cifras de reciente crecimiento por causas obscuras y no siempre definidas a pesar de los esfuerzos; algunos protagónicos y muchos sólo integrantes de estadísticas comparativas en tiempo y lugar cercano o lejano, pero finalmente desaparecidos, víctimas de hostilidad social. De ahí parte la conmovedora narración.Dios nos guarde de la discordia.
