Sábado, 04 de Octubre 2025

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

La violencia estética y los cuerpos: Paloma

Por: Erika Loyo Beristán

La violencia estética  y los cuerpos: Paloma

La violencia estética y los cuerpos: Paloma

Paloma era una niña de 14 años que anhelaba un cuerpo diferente al suyo. Quería habitar un cuerpo con senos perfectos, glúteos grandes y firmes, cintura pequeña. A sus 14 años, Paloma quería habitar un cuerpo que no era el suyo, que ni siquiera había terminado de desarrollarse y para ello encontró a los cómplices perfectos: una madre que tenía una relación afectiva con un cirujano plástico y que, sin tener acreditación, estuvo presente en su proceso operatorio. Al padre de Paloma le dijeron que había muerto por complicaciones de COVID, y al parecer, en medio del funeral, alguien le envió un mensaje para contarle la verdad y decidió observar las cicatrices del cuerpo de su hija muerta. Comenzó un procedimiento legal y hoy, la madre y su pareja cirujano, han sido aprendidos por instituciones de justicia, a efecto de continuar con la investigación sobre los hechos. 

Repito, Paloma quería habitar un cuerpo distinto al que vivía. Nadie sabe cuáles eran sus razones, lo que sí sabemos, es que hoy vivimos “más allá de la periferia de la piel” en medio de un capitalismo contemporáneo que, de acuerdo con la gran autora, Silvia Federici, se gesta en esta sociedad y que ha encumbrado la intervención estética de los cuerpos como mercancía. Si usted quiere consultar el texto, se titula así, como lo entrecomillo. Esta gran autora nos habla de la existencia de un nuevo movimiento de “remodelación corporal” que, a través de innovaciones tecnológicas y médicas, han abonado a un supuesto prestigio de la profesión médica a través del capital. 

Hoy, el cuerpo está en el centro del discurso político, disciplinario y científico; nos dice Federici. El cuerpo es un centro de poder que maximiza su propia explotación y enriquece a las disciplinas de la nutrición y la medicina sin controles y regulaciones claras. Para la autora, existe una suerte de capitalismo que ejerce su violencia sobre los cuerpos que hoy, enfrentan una explotación colectiva que rehúye la pobreza de vivir sin estar en la lógica de lo que se usa o de lo que a los hombres les gusta. Es una suerte de apariencia del cumplimiento de una norma social performativa en la que, al mismo tiempo, se ha encumbrado a la medicina, la nutrición y los gimnasios en una suerte de mercado corporal que actúa sobre lo deseable sin considerar el dolor, las posibles discriminaciones y la propia muerte. 

Rehacer los cuerpos de las mujeres no atiende a solo a una lógica de la aspiración personal, nos dice Federici, sino a la lógica del mercado desde donde se vuelve a ser presa de las aspiraciones de los hombres que no quieren cambiar y que observan a las mujeres solo desde el sentido de la apropiación de la forma de su cuerpo sexual. Entonces, dice Federici, es que, sobre la violencia estética, hay siempre una lógica de dominio de poder que no siempre nos gusta a nosotras mismas (las mujeres), sino que busca gustarle a los demás (hombres y prejuicios sociales) y encajar en lo que al mercado le importa aceptar. 

Las cirugías estéticas que moldean el cuerpo de manera distinta han crecido drásticamente en México ante una ausencia de regulación normativa clara. La presión social por la salud y el cuerpo perfecto (de acuerdo con la norma social actual) es un factor creado por una industria capitalista, “cuerpos, mundos y luchas, se encuentran hoy separadas” porque existe una nueva política del cuerpo que invade a la sociedad, un cuerpo creado y moldeado, no un cuerpo desde el que habitamos y con el que conversamos todos los días. 

No sé si parte de lo que llevó a Paloma a la muerte, fue ser presa de un mercado y de una presión social profundamente discriminatoria. No sé qué llevó a la madre autorizar dichos actos y estar presente en el quirófano sin ni siquiera tener acreditación para ello. No tengo la menor idea de qué fue lo que llevó al médico a realizar un procedimiento a una menor de edad sin autorización de ambos padres, no solo de su pareja sentimental; porque a todas luces, eso se encuentra fuera de la ley, esa misma que hoy, con su padre que trabajó en el Poder Judicial, pretende evadir.  

La cirugía estética, requiere de mejores y más profundas regulaciones. México no puede decirse destacado por un turismo estético que se encuentra fuera de la norma. La sociedad si requiere una explicación tanto de la madre como del cirujano. Y nosotros, como sociedad, requerimos discutir la relevancia de las presiones sociales y capitalistas sobre nuestros cuerpos. Habitar el cuerpo, no es solo una cuestión de estética mercadológica, es un asunto de interés social y ético, que no vemos discutiéndose normativamente desde las lógicas legislativas. A Paloma le debemos, como sociedad, una enorme deuda por la imposición social de vivir dentro de esas aspiraciones de cuerpos de uso y apariencia, pero no vivibles ni disfrutables desde lo cotidiano. Los cuerpos imperfectos, tendrían que ser plenamente perfectos.  

ierika.loyo@udg.mx

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones