Como si anduviera todavía en campaña, el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, llegó a Guanajuato en su gira de agradecimiento y prometió a los leoneses que la presa El Zapotillo va, y que ellos recibirán de ahí agua, con lo que avaló sin más la terminación de esta controvertida obra y el acueducto a León, ambas paralizadas por los amparos de los habitantes de la zona que se oponen al proyecto.El problema de AMLO es que, como lo hizo en su momento el gobernador Aristóteles Sandoval, prometió en campaña a los pobladores de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, que no inundaría sus pueblos, y ayer eso salieron a reclamarle académicos y las organizaciones sociales “Salvemos Temaca” y el Imdec.A Andrés Manuel le exigen que la cuarta transformación del país prometida, y al gobernador electo, Enrique Alfaro, que su refundación de Jalisco pase por una nueva visión en el manejo del agua más integral y que prescinda de la construcción de grandes presas.Así, este tema pondrá a prueba muy pronto la capacidad de negociación tanto del nuevo Gobierno federal como del estatal, para definir el futuro de la obra El Zapotillo sin que se les convierta en conflicto, y resolver el tema de traer agua adicional al Área Metropolitana de Guadalajara. En el sexenio que termina ni la Federación ni la autoridad estatal pudieron. En marzo de este año el director de la Comisión Nacional del Agua, Roberto Ramírez, admitió que la presa quedaría a 80 metros y no a 105 como pretendían porque hasta ahora los tribunales han dado la razón al Ayuntamiento de Cañadas de Obregón y a los habitantes de Temacapulín. Para Aristóteles Sandoval la presa siempre fue un dolor de cabeza desde que él mismo redujo su margen de negociación al tuitear como gobernador electo a inicios de 2013 que no afectaría a estos poblados con la presa. Ante el creciente déficit de agua en el AMG contrató un millonario estudio a la Agencia Especial de Proyectos de la Organización de las Naciones Unidas (UNOPS) con base en el cual en junio de 2017 pidió disculpas públicas por incumplir su promesa y se pronunció por la presa a 105 metros.En ese momento, el hoy gobernador electo desaprobó esa postura, se mostró a favor de la presa a 80 metros y en contra del trasvase a León para garantizar el abasto de agua a Los Altos y el AMG. López Obrador no precisó su apuesta de altura de la cortina pero dijo que el agua sería para Los Altos y León. O sea, que ni ellos están de acuerdo.En Los Altos, el reclamo sigue siendo cancelar el trasvase a León, con lo que, aseguran, se podría tener una presa ni siquiera a 80 sino a 60 metros que garantice agua a la ciudad y a los agroproductores que generan la cuarta parte de los alimentos que se consumen en el país.jbarrera4r@gmail.com
