Jueves, 02 de Mayo 2024

LO ÚLTIMO DE Ideas

Ideas |

La protesta y la sordera del poder

Por: Diego Petersen

La protesta y la sordera del poder

La protesta y la sordera del poder

Ojo, no hay que confundir gobiernos autoritarios que suprimen el sistema de libertades con gobernantes con vena autoritaria como es el caso de López Obrador y de Enrique Alfaro


¿Quién teme a los manifestantes? Los gobiernos y sólo los gobiernos. Ahora sí que como el dicho popular, aquí y en China… pasando por Cuba, Brasil, Colombia, Ciudad de México. El fin de semana Guadalajara fue noticia por la forma en que policías, mujeres policías, pero policías al fin, reprimieron con exceso de fuerza una manifestación de mujeres que protestaban por la forma en que la Secretaría de Educación Jalisco trató un caso de abuso en una escuela. 

En su primera rueda de prensa semanal, el gobernador Alfaro justificó la actuación de los cuerpos policiacos porque, dijo, actuaron en función de la seguridad de las mujeres que estaban laborando en el edificio. Ahí mismo insistió en que los policías que levantaron a los jóvenes tras el caso Giovanni actuaron por su cuenta y se mantuvo en aquello de que en este estado las decisiones se toman solas.

Hay algunas cosas similares en ambos casos. La primera es que en los dos se trató de manifestaciones en instalaciones del gobierno del estado: en el primer caso en la Fiscalía, en el segundo en la Secretaría de Educación. En los dos hubo, de acuerdo con las declaraciones de las víctimas, policías sin uniforme. Y tercero, tanto en uno como en otro caso el gobierno criminalizó a quienes protestan; a los jóvenes que se manifestaron el año pasado los llamaron manipulados desde los ya famosos sótanos del poder; a las mujeres manifestantes del viernes pasado las acusaron de pandillerismo.

Romper un vidrio de un edificio público o pintarrajear un monumento son, si se quiere, conductas incorrectas, no deseables dentro de la convivencia pacífica, pero no es un delito y tipificarlo como pandillerismo es una aberración. Por el contrario, el abuso de autoridad o la complicidad de las autoridades escolares en el abuso sexual de menores sí son conductas graves que hay que investigar y en su caso castigar para evitar que se repitan. 

A todos los gobiernos les cuesta trabajo escuchar, es parte del síndrome del poder, pero hay unos más sordos que otros. La incapacidad de escucha de un gobierno y la piel sensible a la crítica es parte un talante dominante. Ojo, no hay que confundir gobiernos autoritarios que suprimen el sistema de libertades con gobernantes con vena autoritaria como es el caso de López Obrador y de Enrique Alfaro. Ambos son, por decirlo bonito, de ideas fijas y poco proclives a la crítica.

Cuando los gobernantes dejan de tener empatía con las víctimas y en su narrativa de la realidad la única víctima reconocible son ellos mismos; cuando dejan de escuchar las demandas que se expresan de las protestas y sólo escuchan a la burbuja de poder dentro de Palacio, la sordera del poder se ha hecho presente.

diego.petersen@informador.com.mx

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones