Viernes, 29 de Marzo 2024
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La polémica de los sueldos

Por: Armando González Escoto

La polémica de los sueldos

La polémica de los sueldos

En México un alto porcentaje de la población trabajadora gana 88.36 pesos diarios mientras que un magistrado de la Suprema Corte recibe 11,748.76 al día.

En el presente año estos magistrados ganaron 269,215 pesos mensuales, a lo que debe añadirse el aguinaldo y la prima vacacional por 444,380 mil pesos y un pago anual “por riesgo”, de 554,595 mil pesos, en total cerró el 2018 con una ganancia acumulada de 4 millones 229,555 pesos. Comparativamente, un magistrado español gana apenas la mitad y desde luego no recibe un bono por “riesgo”. Este es el hecho.

El plan de austeridad para la alta burocracia pretende remediar este tipo de excesos pero se ha topado con el tema de la autonomía de los poderes que sí debe respetarse cuando se trata de salarios, pero no cuando se trata de ejercer jurisprudencia al gusto del señor presidente, como sucedió en el caso de la secuestradora francesa y de otros muchos más que lesionaron ni más ni menos la soberanía de la nación, sin que nadie dijera nada. Cuando los magistrados aceptaron el sueldo que han estado recibiendo ¿también se atentó contra su autonomía?

Alguien debe establecer los salarios que en justicia deben recibir los funcionarios públicos, pero éstos deben atenerse a las nuevas condiciones mundiales del ejercicio profesional, en este punto existe un tremendo desfase entre nuestra clase política, que se quedó atascada en la edad de los privilegios, y la sociedad contemporánea donde lo que se paga son los trabajos, no los títulos, donde los contratos laborales se atienen a las capacidades, no a las recomendaciones, donde los salarios dependen de los resultados no de las jerarquías, donde las infracciones se castigan en lugar de conjurarse con elevados estipendios, y donde las deficiencias traen consigo el despido, no el premio ciego y maquinal. Como si no supiera la sociedad entera el nivel de ineficiencia y corrupción que priva en todo el Poder Judicial, y lo bien que manejan su “autonomía” para mantener sus fueros.

No debemos olvidar que aún la soberanía de un poder se puede convertir en dictadura cuando se ejerce con el exclusivo fin de proteger los intereses de los funcionarios, no de la nación, cuando se legisla inventando todo tipo de trucos para recibir más dinero del nominal, como han sido los bonos, las compensaciones, dietas, premios, recompensas, comisiones, estímulos, pago por “riesgos”, seguros privados, etc. Bastante bien lo ha detallado Gabriel Torres en días pasados, más claro ni el agua.

Es extraño que tantos opinadores vieran un apocalipsis por venir si a los magistrados les reducían el salario, y no lo vieran cuando se les fue incrementando; más extraño que todo este asunto se estuviera manejando sin atender, siquiera por cortesía, a la opinión pública, a la sociedad con cuyos impuestos se otorgan estos salarios; cierto, así venía funcionando la dictadura del sistema desde hace varios sexenios.

De momento parece que la crisis se ha resuelto con un acuerdo entre el Poder Judicial y el Gobierno Federal, estableciendo que la nueva norma de austeridad salarial se aplicará a todos aquellos que ingresaron al servicio a partir del año 2010, si bien los actuales ministros conservarán sus conocidos salarios. Ya es algo.

armando.gon@univa.mx

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