Viernes, 19 de Abril 2024

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La leva criminal; los desaparecidos que están vivos

Por: Diego Petersen

La leva criminal; los desaparecidos que están vivos

La leva criminal; los desaparecidos que están vivos

No hay nada más doloroso para una familia que la desaparición forzada. Es un duelo que nunca termina, una herida que jamás sana, una esperanza que se marchita, pero no acaba de morir. Cuando hablamos de desaparecidos pensamos en fosas clandestinas, en inhumaciones anónimas, incluso en tráileres llenos de cadáveres circulando por la ciudad. Pero nunca o casi nunca pensamos es aquellos que, con engaños, fueron reclutados a la fuerza para engrosar el poder del crimen organizado y trabajar contra su voluntad en los ejércitos criminales que hoy amenazan al país.

A raíz de un operativo, hace dos años en Tala, apenas a 50 kilómetros de Guadalajara, nos enteramos de que esta leva criminal sucedía en nuestras narices, a través de páginas de Facebook que ofrecían trabajo. Alejandra Guillen hizo el año pasado un extraordinario relato de lo que ahí sucedía que fue publicado en un podcast de 20 minutos en el sitio “Así como suena” (asicomosuena.mx) que dirigen Carlos Puig y María Scherer donde narró con lujo de detalle lo que sucedía en este triángulo de la muerte de la sierra de Ahuisculco, entre Tala, Navajas y Cuisillos.

Hoy, tomando como excusa la presentación del plan nacional contra la desaparición forzosa que presentará el Presidente López Obrador, Alejandra Guillén y yo regresamos al caso para narrar, a partir de más testimonios de sobrevivientes en expedientes judiciales, el infierno que viven los desaparecidos que están vivos, esos que fueron reclutados por la fuerza para engrosar las filas del crimen organizado y que, tristemente, ninguna autoridad busca. (El reportaje completo, editado por Quinto Elemento Lab de Alejandra Xanic y Marcela Turati puede ser consultado en la página de internet de ese mismo sitio [quintoelementolan.org] del EL INFORMADOR [informador.mx] o en el periódico El País [elpaís.com]).

Si la tragedia de los desaparecidos que son reclutados a la fuerza para engrosar las filas del narco es en sí misma terrible, la doble victimización por parte del Estado es aún peor

Si la tragedia de los desaparecidos que son reclutados a la fuerza para engrosar las filas del narco es en sí misma terrible, la doble victimización por parte del Estado es aún peor. Nadie los busca y a nadie le importa que hayan sido llevados a delinquir en contra de su voluntad. En el discurso oficial estos desaparecidos no existen, entre otras cosas porque reconocerlo implica aceptar la incapacidad del Estado para combatir al crimen organizado.

Lo que sucedió en Tala (y probablemente siga sucediendo) se repite en otros lugares del Estado de Jalisco y del país. Es ya un modus operandi del crimen organizado y ponerlo en blanco y negro no tiene otro fin que llamar la atención sobre un problema que tenemos en las narices, pero quisiéramos no ver. Ojalá que la estrategia del Gobierno federal que hoy se presenta contemple la búsqueda de estas personas que viven un infierno en la tierra.

(diego.petersen@informador.com.mx)

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