Rafael Valenzuela, estratega de campaña de Samuel García y fundador de Euzen, la consultora de Movimiento Ciudadano por 13 años, se jacta de que en su equipo, compuesto por menores de 30 años, no hay comunicólogos, sólo egresados de ciencias políticas, antropólogos, sociólogos y diseñadores. La consultora enarbola una especie de embutido sentencioso a lo Sun Tzu: “La estrategia es todo y todo es estrategia”. Por eso no hacen comunicación, ha dicho Valenzuela, sino estrategia.Tiene algo de razón. El primer spot de Samuel García, en comparación con el de Xóchitl Gálvez y el de Claudia Sheinbaum, delinea mejor una estrategia. Mientras la “prianista” repite su historia -vendía gelatinas-, la morenista apela al discurso cómodo de la continuidad transformadora como quien administra su triunfo. Samuel, en cambio, se enfoca en “vacunarse” de sus negativos antes de saltar al ruedo. Como señalé en mi columna “El tapatío detrás de Samuel García”, la campaña del neoleonés será digital y centrada en los jóvenes.La microsegmentación de audiencias digitales recoge datos para formular mensajes a públicos específicos, en este caso jóvenes, que se pueden desagregar por edad, sector económico, gustos e intereses. Euzen se especializa en el análisis de los sectores poblacionales por generación. Estudia los comportamientos, gustos, aspiraciones de cada generación y qué redes sociales utilizan. De esta manera, elabora códigos según el canal y el estrato. Una combinación adecuada potencializa mensajes más efectivos.De ahí que viajar en una camioneta Tesla parece frívolo para algunos, pero es símbolo de un estatus aspiracional para millones de jóvenes que incluso lo ligan con cierta responsabilidad ambiental e innovación. “Las campañas de un eslogan y una foto son cosa del pasado”, declaró Valenzuela en una entrevista reciente.En sus redes sociales, Euzen destaca otra de sus premisas centrales: “La estrategia habita en el personaje”. Según el fundador de Euzen, no puedes inventar una historia sobre un candidato. Sus cualidades, por tanto, así como sus defectos, son inherentes a cualquier estrategia. De esta manera, Samuel García posee una cualidad especial: su esposa Mariana Rodríguez. Por otra parte, como principio ético, Euzen sostiene que sólo asesora a candidatos con “buenas intenciones” -quién reconocería lo contrario. Al margen de toda esta parafernalia mercadológica, la consultora forma parte de una economía de mercado en el mundo político electoral. Es decir, cualquier sustrato pseudo espiritual, ético o incluso filosófico, se subordina en última instancia al capital. Euzen, La Covacha e Indatcom son tres empresas diferentes. Cada una tiene su dueño y una renta que ha crecido durante el emecismo. Operan como un “cártel” de la mercadotecnia electoral y de Gobierno. La primera se encarga del contenido, la segunda de la producción audiovisual y la tercera de la gestión en redes sociales y pauta digital. Su forma de operar se basa en un contrato de exclusividad entre ellas para asuntos electorales y de Gobierno. Así mantienen una lógica corporativa pero su total independencia. Naturalmente con ganancias millonarias en la última década.La diferencia con su primera campaña en 2012 es que ahora Euzen cuenta con contratos millonarios y las prerrogativas de MC (mil millones de pesos a nivel nacional).Sólo en 2021, Euzen asesoró 56 campañas electorales en todo el país. En este sexenio, pese al distanciamiento de Valenzuela con Enrique Alfaro, el Gobierno de Jalisco le ha entregado contratos por 45.9 millones de pesos. Samuel García, en dos años de Gobierno, les entregó 25.4 millones de pesos y un contrato abierto para este año. Sólo para la Presidencia, el tope de gastos de campaña es de 660.9 MDP.Podría decirse que, de un tiempo para acá, la estrategia también habita el bolsillo del personaje.
