De muy poco sirvió la defensa que hizo ayer el Presidente Andrés Manuel López Obrador de su principal carta a sucederlo, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, para desactivar la bomba en que se ha convertido su pleito con la empresa a la que encargó hace un año los peritajes para saber los motivos del desplome, el 3 de mayo de 2021, de un tramo de la Línea 12 del metro capitalino que provocó la muerte de 26 personas y más de un centenar de heridos.Como este peritaje parece alcanzar a Sheinbaum, AMLO salió a decir en su mañanera que está siendo sometida a fuertes presiones por “la temporada”, refiriéndose al golpeteo político dentro y fuera de Morena por ser una de las fuertes aspirantes a la candidatura presidencial por el partido del Presidente. Y remató insistiendo que tiene su apoyo por tratarse de una “mujer íntegra y honesta”.Pese a este apoyo presidencial, ayer Sheinbaum se mantuvo en silencio y se limitó a subir a las páginas oficiales del gobierno de la CDMX el tercer informe de la empresa noruega Det Norske Veritas (DNV), que había tenido oculto casi dos meses y que descalificó la semana pasada, pese a que cuando contrató sus servicios hace un año no escatimó en reconocimientos a esta firma con más de 150 años en el mercado.La jefa de Gobierno publicó esta información 48 horas después de que el periódico español El País ya lo había consignado, que ahí se señala que fue la falta de mantenimiento en la también llamada Línea Dorada otro factor decisivo para el siniestro, lo que también involucra al gobierno de Sheinbaum.Ayer la expectativa era que saliera a ratificar sus críticas y su decisión de demandar civilmente a la empresa DNV, a la que acusó de hacer un informe que tenía conflictos de interés, y que mentía para lucrar políticamente, además que en su desarrollo se había violado la metodología acordada. Más aún porque los directivos de la empresa noruega rechazaron las acusaciones y dijeron estar decididos a defender su reputación y el contrato por 20 millones de pesos que ya no les quieren pagar la autoridades de la CDMX.Habrá que recordar que el tramo de la L12 colapsado lo construyó CICSA, empresa de uno de los empresarios más ricos de México y el mundo, así como favorito de la 4T, Carlos Slim, quien seguramente no está tampoco muy interesado en que se siga profundizando en las causas de esta tragedia y que pueda dar elementos a las familias afectadas que siguen con ánimos de presentar demandas para exigir una mayor reparación del daño.Habrá que recordar además que días después del incidente, una parte del Sindicato Mexicano de Trabajadores del Metro amagó con hacer un paro total de labores por el riesgo con que circulan las 12 líneas por la falta de mantenimiento, y según uno de sus líderes, Jesús Urban, la responsable de la tragedia fue la entonces directora general del Metro, Florencia Serranía, quien nunca fue llamada a declarar para protegerla.Lo dicho, el peor siniestro en la historia de este medio masivo de transporte no sólo afecta las aspiraciones presidenciales de Sheinbaum, y del canciller Marcelo Ebrard, que como jefe de Gobierno construyó la Línea 12 y fue perseguido por sus fallas por su sucesor Miguel Ángel Mancera, sino que sigue cimbrando y amenazando con descarrilar a toda la 4T.
