Domingo, 19 de Mayo 2024

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Jalisco, Día de Muertos siempre

Por: Jonathan Lomelí

Jalisco, Día de Muertos siempre

Jalisco, Día de Muertos siempre

En mi vida he visto más muertos que cualquiera de ustedes: todos me parecieron absurdos, irreales, verdaderos, innecesarios, incomprensibles, lógicos, delicados, imponentes, inabarcables, diminutos. 

Un brasileño chocó contra un poste en Federalismo y Jesús García después de recoger a su novia, una bailarina nocturna. El auto dio varios trompos, la puerta del conductor se abrió y su propio auto lo arrolló. El cadáver quedó debajo de la llanta delantera, del lado del conductor. Ante el azoro, ella olvidó las palabras. Fue el primero. 

Vi a otro devorado por una alcantarilla en una tormenta y luego expulsado, una fresca mañana de domingo, hasta el río Santiago, amoratado y martillado por el agua y las piedras.

En una brecha de Tlajomulco atestigüé el cadáver maniatado de un hombre en ropa interior -era de los primeros ejecutados al estilo del narco-. El gesto enterrado en la tierra, frescas aún las huellas de la violencia durante toda la madrugada. Debajo de la trusa, descubrí horrorizado, sus asesinos colocaron una toalla femenina.  

Los vi y los retraté en decenas de accidentes, desbarrancados, ahogados, desplomados en avionetas… Escribí sobre ellos como reportero policíaco en las madrugadas, allá por 2006, cuando comencé en el periodismo, justo el año en que Felipe Calderón inició su guerra contra el narco. 

Había homicidios y ejecuciones, claro, pero eran excepciones. Recuerdo el homicidio de Carlos Romo Guízar, director de Mejoramiento Urbano de Tonalá, por el que estuvo prófugo y luego preso el ex alcalde Jorge Vizcarra. Esos eran los asesinatos. 

Apenas lo creo: en 2006 Jalisco registró 346 homicidios. El año pasado contamos mil 896 muertos. ¿Hablamos de la misma ciudad? ¿El mismo Estado? ¿En dónde estamos parados? ¿Cuándo nos acostumbramos a esta otra muerte, la que se llora y se traga con plomo en lugar de esa otra muerte jubilosa y cantora que se come en forma de calaverita de azúcar? 

Nunca imaginamos las formas atroces que adoptaría la muerte. Las fosas, los mutilados, los desaparecidos, las cabezas en el hocico de un perro, la tierra cultivada con cadáveres desmembrados. Los jóvenes entre 15 y 34 años alimentan esa necromáquina, pues en ese rango de edad se ubican la mayoría de los homicidios.   

En Jalisco, el Día de Muertos es todos los días.  

Lucrecio, poeta y filósofo latino, reflexionó sobre la naturalidad de la muerte y el nacimiento como una sucesión perfecta en el orden del universo: “No hay día, no hay noche a las que la aurora sigue, en que no se mezclen los vagidos del recién nacido con los llantos vertidos sobre un ataúd”. La muerte plomiza de las balas interrumpe ese festejo perfecto.

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