Se ha definido a la sociedad moderna como una que se caracteriza por el estrés y la ansiedad por el hecho de vivir y realizar las tareas necesarias para la reproducción de la vida. El filoso político libertario español, Miguel Amorós, ha definido al capitalismo como una máquina productora de nocividades.Esta afirmación que se presenta de modo genérico encuentra indicadores precisos en estudiantes de licenciatura y bachillerato a partir de una encuesta levantada por la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) a 38 mil 840 estudiantes. Los encuestados representan 12% del total de alumnos de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y tiene una confianza estadística de 95%. La encuesta se titula, ¿Cómo somos, dónde estamos?De la encuesta se han destacado la alta proporción de estudiantes que toman bebidas alcohólicas y el preocupante consumo de drogas. Son aspectos relevantes, pero poco se ha destacado el apartado sobre salud mental.Los resultados son alarmantes. A los estudiantes se les hizo la siguiente pregunta: ¿Has tenido el sentimiento de que la vida no merece la pena vivirse? 51% respondió que bastante y 34%, mucho. Es decir, 85% de los estudiantes de la UdeG respondió que ha sentido que la vida no vale la pena vivirse.Otras preguntas respondidas en esta encuesta por los estudiantes de licenciatura refuerzan esta tendencia depresiva: 20% de quien respondió bastante y mucho se considera persona de poco valor; 19% ve una vida sin esperanza, 12% respondió que la vida no vale la pena vivirse; 23% siente que tiene nervios desquiciados, entre otras respuestas. Con ligeras variantes, la misma tendencia de respuestas se observa entre estudiantes de las preparatorias de la UdeG.Esa tendencia depresiva se refleja en un modo de vida cotidiano lleno de estrés y ansiedad: 41% dice que padece falta de sueño; 36% tiene dificultades para vivir; más de la mitad (53%) de los estudiantes de licenciatura respondió que padece agobio y tensión “bastante” y “mucho”; 47% siente pánico sin motivo; 21% admite que está malhumorado; 41% se siente con los nervios “a punto de explotar”; 44% respondió que tiene la “sensación de que todo se te viene encima”. Los estudiantes de preparatoria ofrecieron respuestas semejantes.Estamos hablando del estado de ánimo de nuestros hijos, primos, amigos, conocidos. Todos tenemos o conocemos a un estudiante en la universidad pública de Jalisco.Estas respuestas deberían conmocionarnos. ¿Qué estamos haciendo como sociedad y como adultos para crear una generación de jóvenes entre 15 y 21 años que siente cotidianamente agobio, pánico, miedo, los nervios a punto de explotar de tal magnitud que consideran que la vida no merece la pena vivirse?Estas respuestas, que confirman una sensación permanente de ansiedad y depresión, son la mejor muestra de la crisis de la moderna sociedad. En esta sociedad capitalista, basada en el antagonismo social originado por la apropiación privada de la riqueza, se promueve el individualismo, la competencia, el agandalle, el consumismo, la hiperactividad, y proyectos de vida más semejantes a la esclavitud moderna. Ante esa nocividad, se deben promover valores antagónicos: la cooperación, la solidaridad y la igualdad, entre otros.Evitemos más generaciones deprimidas y ansiosas.
