El fin de semana pasado los feminicidios de Alondra, Carmen, Jessica y Nayeli nos recordaron dolorosamente que la violencia contra las mujeres en México no cesa. Mientras el Presidente López Obrador sigue en el intento de desacreditar nuestra lucha llamándonos infiltradas, nosotras vamos tejiendo redes para exigir justicia por las que ya no están.El verdadero infiltrado es el machismo que se le ha colado hasta las venas a nuestro Presidente y no quiere reconocer que las mujeres organizadas somos la más fuerte y consolidada oposición a su Gobierno. Su declaración es una prueba de que no nos considera un movimiento político y social capaz de articular consignas y peticiones claras. Su negación lo convierte en el típico macho que nos quiere sumisas y nos llama locas si levantamos la voz.La experiencia de ser mujer en México está atravesada por la violencia. Todos los días hay nuevos casos de acoso, violaciones, desapariciones y feminicidios. Por eso el feminismo tiene tanta fuerza, porque nos identificamos con las demandas por una vida libre de violencia, porque queremos vivir sin miedo.Estamos convencidas de que es urgente cambiar nuestra realidad y luchamos desde los espacios que ocupamos. Rompemos el silencio para reclamar lo que nos corresponde. Buscamos que se respeten los principios de equidad, igualdad y libertad, que se nos reconozca como ciudadanas más allá del voto y que nuestros derechos nunca más sean atropellados.El Presidente se equivoca, no somos las infiltradas, nos estamos organizando para lograr que las que aquí seguimos podamos seguir estando, para hacer justicia por las que ya no están y cuidar a las que vienen, queremos construirles una realidad diferente, en donde encuentren la vida menos convulsa y más digna. Luchamos por que se respete nuestro lugar en la sociedad y exigimos que el Gobierno federal asuma su responsabilidad.*Regidora Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos e Igualdad de Género en Zapopan. Twitter: @MariaGomezRue