De acuerdo a lo observado en el ya ‘muy adelantado’ -aunque la ley no lo permita- proceso de depuración de precandidatos para la sucesión presidencial, hay probabilidades muy elevadas para considerar que será Claudia Sheinbaum - hasta ayer Jefa de Gobierno de la Ciudad de México- quien enarbole la bandera morenista en la elección del 2 de junio del año próximo, con una altísima posibilidad de convertirse en la primera presidenta en la historia de nuestro país, sobretodo tomando en consideración que enfrente -en la oposición- ‘no hay señales de vida’.Ayer, Claudia presentó su solicitud de permiso a la jefatura capitalina, para iniciar de forma frontal su intención de ser parte de la cronología de presidentes e iniciar el proceso de hacer ‘campaña’ cuando los procesos electorales aún no comienzan ni existen los recursos necesarios para esos motivos, salvo los 5 millones que les ofreció Morena a sus ‘precandidatos’, que servirán solamente para continuar pagándoles su sueldo y el de sus asistentes ‘sin hueso’.Pero de concretarse, Claudia pasará a ser parte de la leyenda política, uniéndose a la lista de otras 20 mujeres que en estos momentos son presidentas o primeras ministras en el mundo, según señalan las estadísticas de ONU Mujeres, donde se pondera que cada dia se nota más la participación de la mujer en la vida política, pero aún falta mucho por recorrer, ya que solamente representan el 40 por ciento -en general- en los cargos importantes en el mundo, y a ese paso la igualdad de género en las altas esferas de toma de decisiones en el mundo se logrará hasta dentro de 130 años -para el 2153-.Por lo que se refiera solamente a América Latina, en la historia reciente han sido 13 las mujeres que han asumido la presidencia de sus países, como sucedió con María Estela Martínez de Perón (Argentina) entre 1974-1976, hasta la más reciente, Diana Boluarte (Perú), quien apenas asumió el mandato el pasado 7 de diciembre de 2022. Entre esos períodos de tiempo han desfilado Violeta Barrios de Chamorro en Nicaragua, Mireya Moscoso en Panamá, Lajura Chinchilla en Costa Rica, Michelle Bachelet en Chile -en dos ocasiones-, Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Dilma Rousseff en Brasil, Lidia Gueiler Tejada en Bolivia, Rosalia Arteaga en Ecuador, Jeanine Añez en Bolivia, Xiomara Castro en Honduras y Ertha Pacval en Haití.Y en el hipotético caso de que Sheinbaum sea la ganadora de la ‘encuesta’(?) morenista para llegar hasta el final del proceso electoral presidencial, la posibilidad de que sea mucha la influencia de Andres Manuel López Obrador después de que se vaya a ‘La Chingada’ -su rancho- es muy obvia. De los cuatro morenistas con aspiraciones -Sheinbaum, Monreal, Ebrard y Don Adan-, es Claudia la que luce como más ‘permeabilidad’ para que el ‘espíritu’ de AMLO siga presente en los pasillos de Palacio Nacional, lo que sería un riesgo muy elevado. Ella misma lo señaló el jueves en su informe que hizo frente al monumento de la Revolución, cuando dijo: “Dejo la gran tarea de gobernar a este digno pueblo de la ciudad para salir a encontrarme con el pueblo de México, para dar continuidad a la Cuarta Transformación de la República, para hacer realidad que una mujer encabece los destinos de la nación”.Precisamente sobre el paso de mandos presidenciales a sus allegados con la intención de continuar influyendo una vez que ya se fueron, ayer habló durante entrevista de radio Daniel Zovatto, jurista y Director Regional de IDEA -organización intergubernamental que trabaja para apoyar y fortalecer las instituciones y los procesos democráticos en todo el mundo-, que recordó que “Es un fenómeno muy importante que está sucediendo en muchos países, sobre todo ahora por lo que viene -refiriéndose a México-. Porque ha habido una tendencia en América Latina de tener presidentes con mucho protagonismo, hiper presidentes basados en su personalidad. Los presidentes que tuvieron que dejar herencia. Les cuesta mucho trabajo generar la transición y siempre buscan presidentes ‘by proxy’, y han resultado en fracaso. Cuando son presidentes donde ellos son el centro, la herencia no funciona fácil y él o la que viene tendrán que ver cómo administran esa transición, porque muchas veces se van, pero normalmente quieren seguir manipulando o teniendo una herencia del dia a dia y eso terminan generando conflicto…El liderazgo no se hereda”. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net