Jueves, 09 de Octubre 2025

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El horizonte

Por: Luis Ernesto Salomón

El horizonte

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La administración que liderará Claudia Sheinbaum Pardo a partir de octubre próximo contará con una legitimidad política sobresaliente tanto interna como externamente. La credibilidad del discurso contra la desigualdad es enorme, no solamente en términos políticos, sino morales, por lo que está comprometida realmente con él. Sin embargo, el mandato de continuidad también implica un cambio de estafeta y de metodología. Los ajustes no sólo son necesarios, sino deseables para definir claramente las metas y objetivos estratégicos hacia un horizonte más amplio.

La nueva Presidencia tiene la oportunidad de implementar reformas profundas que redefinan la ruta económica, social y política del país para las próximas generaciones. La clave está en identificar las decisiones más trascendentales y generar los consensos necesarios para llevarlas a cabo. Es importante distinguir entre las propuestas del presidente saliente, López Obrador, quien busca que se aprueben sus iniciativas pendientes, y las nuevas políticas que la administración de Sheinbaum definirá.

México se encuentra en una encrucijada histórica, con la posibilidad de acelerar su crecimiento económico gracias a oportunidades geopolíticas, la transformación industrial y energética en curso, y la revolución tecnológica. La presidenta electa puede liderar esta transformación mediante medidas destinadas a reducir la desigualdad social y fomentar el crecimiento económico a través de la inversión, tanto interna como externa. Necesita lograr acuerdos con actores económicos globales y locales para priorizar proyectos estratégicos: la transformación energética, la revolución tecnológica, el crecimiento de la industria aeroespacial y la producción de alimentos, entre otros.

Asimismo, Sheinbaum tiene la oportunidad y la necesidad de plantear una reforma fiscal que fortalezca las finanzas públicas y reduzca el déficit, incorporando a grandes sectores a la economía formal mediante acciones combinadas con programas sociales actuales. México cuenta con una planta industrial sólida, pero necesita apoyar a los pequeños emprendedores y a los jóvenes para expandir una verdadera transformación económica y democratizar el tejido empresarial.

Es fundamental también fortalecer las haciendas de los estados y municipios, incentivándolos a recaudar de manera más eficiente, aprovechando las mayorías obtenidas en las elecciones recientes. En cuanto al gasto, se deben definir los proyectos de infraestructura que detonen el desarrollo, diseñando formas adecuadas de financiamiento. México necesita urgentemente más y mejores puertos, ferrocarriles, carreteras, aeropuertos y una infraestructura tecnológica avanzada compatible con nuestros socios comerciales y accesible para toda la población.

La base política de las acciones a tomar debe garantizar una redistribución del ingreso sostenible, fomentando una clase media amplia, educada y con capacidad de consumo que impulse la economía. Las condiciones están dadas para aprovechar la interdependencia comercial con Estados Unidos y Canadá.

Los principales desafíos se encuentran en la inseguridad, la corrupción persistente y las debilidades estructurales de la gobernabilidad, especialmente a nivel subnacional. No sería sorpresivo que, tras el proceso de transición, veamos una agenda económica más orientada a aprovechar oportunidades generadas en el exterior, medidas estratégicas en seguridad interna y prioridades claramente definidas en educación y salud. La certidumbre en estos temas es indispensable.

La población ha demostrado su apoyo a la lucha contra la desigualdad mediante acciones innovadoras, lo que abre nuevas oportunidades. La visión global y generacionalmente distinta de las nuevas autoridades será un factor clave desde el inicio. Estamos al comienzo de una nueva etapa y es crucial elevar la mira. Las oportunidades son grandes, pero también lo es el riesgo de dejarlas pasar. Es vital tomar decisiones sensatas y viables que realmente conduzcan al cambio mandado en las urnas. Pasada la elección, queda por definir la ruta y administrar los recursos para lograr los objetivos planteados.

luisernestosalomon@gmail.com

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