La importancia que tiene, y la que adicionalmente se le da a la elección federal, hace que la elección estatal pase casi desapercibida en el imaginario social. Todo mundo, es decir, una buena parte de la opinión pública, vive angustiada por lo que va a pasar si gana ya sabes quién, o si por el contrario gana quién sabe quién. Entre los dimes y diretes de los candidatos, la escandalosa y corrupta actuación del Tribunal Electoral, cuyos fallos son dictatoriales, y el universo cenagoso de los memes celulares, lo que ocurra en Jalisco o en sus municipios es peligrosamente ignorado.Grave asunto, ya que el presente y el futuro de quienes vivimos en este estado y en esta ciudad, depende más del tipo de autoridades que elijamos aquí, que de quien gane la elección presidencial. Del modo que sea, en el escenario electoral jalisciense todo parecía ya hecho, hasta que despejada la niebla de los primeros meses nos hallamos de pronto frente a opciones que nadie había calibrado adecuadamente.En efecto, en este momento Jalisco tiene por lo menos cuatro candidatos que vale la pena detenerse a analizar con objetividad, de manera responsable y equilibrada. Además de ya saben quién, surgieron en nuestro horizonte tres candidatos, de los cuales dos ya se han desempeñado en importantes tareas de servicio público, sea como alcalde uno, sea como secretario de educación el otro. Ambas personas tienen a su favor la seriedad, el carácter, la responsabilidad, el manejo democrático, el respeto y la consonancia con los valores de la mayor parte de los jaliscienses, serían magníficos gobernantes aunque no parezcan muy buenos mercadólogos. Tal vez a los dos les estorba el partido que los promueve, pero sería justamente el momento de saber distinguir entre el candidato y su partido. El tercer candidato procede más bien de la sociedad civil, del mundo profesionista y empresarial, el partido al que representa pudiera ser un notable apoyo a tenor de los resultados federales, o por lo menos de lo que dicen las encuestas en este momento.Sin embargo el verdadero problema procede no tanto de sus partidos cuanto de los mismos candidatos. ¿Los contrataron para perder, y aceptaron? ¿Creen ellos mismo que pueden ganar? ¿La idea es solamente procurar curules partidistas aunque no obtengan la gubernatura? ¿Sus partidos realmente están decididos a apoyarlos o los dejarán colgados de la brocha, como ya sucedió hace seis años con otro candidato?La verdad es que a la vista del perfil de estos funcionarios, Jalisco no puede quejarse de no tener las personas adecuadas, cubren ampliamente los requerimientos de la sociedad, son gente honesta, trabajadora, respetuosa y respetable, superan desde muchos aspectos a los candidatos federales, pero ¿podrán contra la inercia o los arreglos fácticos?Los habitantes de este Estado y sus municipios han sobrellevado ya por bastante tiempo las graves lacras de los gobiernos anteriores, el pago de la sociedad ha sido desmesurado en crímenes, chantajes, secuestros, ejecuciones, desaparecidos, asaltos, pagos de piso, impunidad, corrupción, imposiciones, obras públicas eternas e inconclusas, abandono de la gente a su suerte, colusión, prepotencia, autoritarismo ¿Podremos reaccionar?DR
