Hay muchos más, pero elijo dos. Uno porque el propio gobernador lo puso sobre la mesa y otro porque urge. El de los dinerosHa dicho Aristóteles Sandoval que cuando cierre la puerta de Casa Jalisco por fuera no habrá deudas impagables que se carguen al siguiente gobernador o a las generaciones venideras.No es poca cosa. Primero, porque algo de obra habrá. La deuda no es mala si sirve para financiar infraestructura, pero si hay infraestructura y además la deuda es manejable, el Estado se queda en el mejor de los mundos. Segundo, porque no es algo de lo que puedan presumir los mandatarios anteriores. Ya había larga tradición de endeudamiento a lo tarado, tanto en el Estado como en los municipios. Y tercero, porque el escenario electoral —hoy, no sé mañana— le es adverso a su partido, el PRI. Cuando se anuncia alternancia, los gobernadores salientes se portan como patanes: en el mejor de los casos despilfarran lo que queda y en el peor, lo toman para ellos. El anuncio de Sandoval debería ser la normalidad pues es su deber, pero en el contexto de un año electoral debe leerse como un compromiso de caballero con el gobernador que lo releve, ya sea Enrique Alfaro o Miguel Castro o algún remoto otro. Es un buen compromiso, y sólo faltan 336 días para ver si cumple con su palabra. El reto en serioYa que anda haciendo propósitos de año nuevo, bien haría el gobernador en impulsar la agenda del combate a los asesinatos de mujeres. Es tarea conjunta del Gobierno estatal, los alcaldes y la sociedad machista en transición, pero no deben bajar la guardia. Entiendo que el Estado pasó del lugar tres en feminicidios en 2016 al 18 a fines del 17, pero no tengo claro si eso es porque aumentaron en otros estados, porque hay menos denuncias, porque se maquillen las cifras o porque hay una saludable tendencia a la baja aquí. Temo que es lo primero después de ver que en Puebla cada 19 horas desaparece una mujer. Como sea, es alarmante, y la verdad es que ver al gobernador entregando apoyo a los familiares no es suficiente. Este diciembre, un ex funcionario de la Fiscalía General fue detenido como principal sospechoso de la muerte de su ex esposa, una mujer que ya había denunciado amenazas y hasta disparos en su propiedad. El gobernador debe mandar un clarísimo mensaje a todos los hombres del Estado, con placa o sin ella, sobre las funestas consecuencias de considerar a una mujer de su propiedad. Queremos escucharlo enojado, con hambre de castigo penal y desprecio político y social a quien se atreva.Jalisco ha dado muestras de saberse hacer acompañar por instancias internacionales y esta no debería ser la excepción. Ya se están tardando. El mayor reto del gobernador es demostrar que se puede combatir la ignorancia machista de una sociedad que permite el menosprecio primero, el abuso después, la violencia más tarde y el asesinato al final. Si van a hacer propósitos de año nuevo, esperamos este.
