La magia de octubre en las Grandes Ligas vuelve a desplegarse con todo su dramatismo. Los Dodgers de Los Ángeles están a un paso de la Serie Mundial tras imponerse 3-1 a los Cerveceros de Milwaukee en el tercer juego de la serie, resultado que los coloca con más de medio cuerpo dentro del Clásico de Otoño. Su consistencia, carácter y equilibrio entre juventud y experiencia los han convertido en la fuerza más sólida de la postemporada.El triunfo de este miércoles no sólo refuerza el dominio angelino, sino que confirma el temple de un equipo que ha sabido crecer ante la presión. Con la serie trasladada al emblemático estadio de Chavez Ravine, los Dodgers hicieron valer su localía con una actuación sobria pero contundente. Una joya monticular de Tyler Glasnow, respaldada por el poder oportuno de Freddie Freeman, lo que bastó para contener a unos Cerveceros que, pese a su garra, comienzan a resentir el peso de enfrentarse a una maquinaria perfectamente engrasada.Milwaukee, líder de la temporada regular y mejor récord de todas las Grandes Ligas, luce desconcertado ante la serenidad con que los Dodgers manejan los tiempos del juego. Si algo ha quedado claro en esta serie es que el beisbol de octubre no perdona la falta de temple, y los angelinos han demostrado tenerlo de sobra. La rotación, que inició con actuaciones monumentales de Blake Snell y Yoshinobu Yamamoto, encontró en Glasnow la pieza que reafirma la profundidad de su pitcheo. Tres brazos, tres victorias, y una sola misión: regresar a la Serie Mundial con la convicción de campeonar.El marcador de 3-1 fue reflejo fiel del tipo de beisbol que caracteriza a este equipo: disciplina en el plato, defensa impecable y un bullpen capaz de cerrar cualquier ventana de esperanza para el rival.Con esta victoria, los Dodgers se colocan a una sola de sellar su pase a la Serie Mundial. Si mantienen el ritmo y la compostura, la celebración en el sur de California podría anticiparse, reeditando la gloria que este equipo ha venido construyendo paso a paso. Los angelinos parecen inspirados por algo más que la ambición deportiva: hay un sentido de reivindicación, un deseo colectivo de demostrar que su hegemonía no es circunstancial, sino fruto de un proyecto sólido y de una mentalidad ganadora.Si los pronósticos se concretan y Los Ángeles sella su pase, el mundo del beisbol presenciará otra página gloriosa escrita por una franquicia que combina historia, pasión y precisión milimétrica. Y es que, más allá de los batazos y las estadísticas, lo que los Dodgers están demostrando es que la grandeza también se construye con serenidad, humildad y hambre de triunfo.En octubre, cuando el beisbol se transforma en una metáfora de la vida, los Dodgers parecen haber encontrado su mejor versión. Están a punto de turrón, listos para saborear el dulce de la victoria.