Viernes, 29 de Marzo 2024
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Doctor Aurelio Álvarez, una eminencia

Por: José Rodolfo Castro

Doctor Aurelio Álvarez, una eminencia

Doctor Aurelio Álvarez, una eminencia

Gerardo Marrón, ex secretario de la Asociación de Boxeo de Aficionados de Jalisco, confió que hace un par de semanas falleció a los 67 años de edad el doctor Aurelio Álvarez, “le aquejaba una embolia que padecía desde hacía tres años, se paralizó y fue empeorando su salud, y ya no hubo recuperación”.

El doctor Aurelio Álvarez se desempeñó como jefe de servicios médicos de la Selección mexicana de boxeo amateur. Con conocimientos de medicina deportiva aplicada al boxeo, su maestro fue el doctor Alfredo Ambriz, también una eminencia, precursor en la materia, el doctor Aurelio Álvarez siempre cuidó la integridad física de los boxeadores.

Cada viernes ocupaba su asiento pegado al ring, al lado del doctor Ambriz, en la Arena Coliseo, eran los años 1970, de profundo aprendizaje. El doctor Aurelio daba seguimiento a los boxeadores desde antes del debut profesional, y así pelea a pelea enriquecía los datos médicos de cada uno de los actores. Siempre que observó en el púgil algún síntoma negativo, no autorizó salida médica, oséase, el boxeador no podía pelear en ninguna plaza del mundo, y esto le acarreó siempre infinidad de críticas, generalmente de mánagers y promotores, quienes conforman el círculo vicioso que ha llevado a los actores a la muerte, a través de ese abominable pasaporte autorizado por médicos que no conocen la medicina deportiva aplicada al boxeo. Por ese desconocimiento, médicos de la Comisión de Box de Guadalajara autorizaron duplicidad de salida médica para Jaime Parga, quien perdió la vida en 2002 en un cuadrilátero de Ciudad Acuña, tras ser superado por el “Tigre” Chong, un ex campeón mundial que impuso su categoría y fuerte pegada. Parga sufrió derrame cerebral. Aurelio Álvarez jamás habría autorizado la salida médica.

Gerardo Marrón fue testigo una mañana en combates de boxeo aficionado en Zapopan, cómo el doctor Aurelio Álvarez le salvó la vida a un boxeador adolescente, quien tras terminar su pelea, le dijo a Marrón, quien estaba en una esquina atendiendo a un competidor, que “tenía intenso dolor en la cabeza, que sentía que le iba a estallar. Voltee a ver al muchachito, de piel morenita, estaba blanco, lo llevé corriendo al otro cuadrilátero y le dije al doctor Aurelio sobre los síntomas, de inmediato sacó un medicamento y en una de las venas de su bracito se lo aplicó directo, y le pidió que se quedara sentado, que se le iba a pasar. Fue el boxeador y le dijo al doctor Aurelio que ya estaba bien. Le pidió que llamara a sus papás, a los que les dijo que su hijo ya jamás volvería a combatir boxeo, porque estuvo a punto de sufrir un derrame cerebral”… Y por ahí estaré atisbando.
 

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