Como en tantos ámbitos de la vida de este país, pareciera que la brújula del mundo cultural también acabó de enloquecer, y resulta cada vez más difícil discernir un rumbo claro o una mínima coherencia en el proyecto nacional en la materia, en el gasto público, en la coordinación entre las instituciones y en muchos otros aspectos. 1. Ahí viene la FIL... Llega el atracón anual, el vertiginoso volantín, el inmenso cajón de sastre. Habrá homenajes al centenario de los nacimientos de Juan José Arreola, José Luis Martínez, Alí Chumacero, y a los recientes difuntos Sergio Pitol y Fernando del Paso; puños de premios, foros, encuentros, centenares de presentaciones de libros, miles de autores, presentadores, celebridades de toda laya... 2. Dos de tapatíos • El domingo 25, a las 17:00, se presentará Francisco Xavier Clavigero, el aliento del Espíritu, de Arturo Reynoso, SJ, en el Salón Alfredo R. Placencia. El libro, primera coedición entre Artes de México y el Fondo de Cultura, es ya una obra de referencia obligada sobre el más conspicuo de los intelectuales jesuitas exiliados en 1767 y su generación. • También el domingo 25, pero a las 20:00 y en el salón José Luis Martínez, se presenta la novela Majandra, de Hilda Margarita de Obeso, publicada por el sello tapatío Pico de Gallo. La autora recrea, con estilo claro y buenas dotes de observación, la trayectoria, los viajes, las amistades y peripecias de una joven de Guadalajara en su personal retorno a Ítaca. 3. Cien años del Museo De no haber sido por el esfuerzo notable, casi heroico, de una organización de la sociedad civil, en este caso el Grupo Crítica y Memoria, que desde el mes de mayo ha venido organizando una exitosa serie de conferencias, charlas, mesas y exposiciones temporales, habría pasado totalmente inadvertido el centenario del Museo. Porque seguramente el ente adueñado del coto, el INAH, sólo atinó a hacer el sábado 10 de noviembre una deslucida ceremonia de autocelebración chilanga. Incluso se atrevieron a develar, en la pared del corredor sur de la planta baja, una placa mendaz e insultante, donde se afirma que el que cumple cien años es “el Museo Regional de Guadalajara”, siendo que tal engendro data de la década de 1970, cuando los señores del Altiplano vinieron a darle en la torre a nuestra mejor pinacoteca. Ah, y ni siquiera aparece el escudo de Guadalajara, sólo el logotipo del INAH. 4. Los Pinos y el FCE La próxima Secretaria de Cultura (federal) anuncia (El Universal, sábado 17) que a partir del 1º de diciembre se abrirá “al público en general” una sección de Los Pinos, la llamada casa Miguel Alemán. Bueno. ¿Y qué se verá ahí? ¿Cuál es el proyecto museístico? ¿Se lo inventará la señora Frausto desde su oficina de Tlaxcala? Mientras tanto, se busca a matacaballo derogar la disposición legal que impediría a PITII tomar las riendas del Fondo de Cultura. Sin duda se trata de una estipulación arbitraria, estúpida y xenófoba, que hay que quitar; ¿pero se va a legislar al vapor y con dedicatoria cuando los afectados son cuates, o qué?