Viernes, 26 de Julio 2024

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Consulta o propaganda

Por: Rubén Martín

Consulta o propaganda

Consulta o propaganda

Envuelto en conflictos políticos en múltiples frentes, reveses legales y drástica caída de popularidad, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez decidió a la mitad de su sexenio, replantear su proyecto político al dejar a un lado la pretendida Refundación de la vida pública de Jalisco, para vender ahora la propaganda de un trato injusto del Gobierno federal y así venderse como un actor político con bandera federalista que luche contra las tropelías de la Cuarta Transformación.

Por eso la consulta sobre pacto fiscal que convocó el gobierno de Enrique Alfaro es una maniobra política, un mero ejercicio de propaganda que busca movilizar sus bases, así sea evangelizándolas y acarreándolas, todo con el objetivo de ganar un poco más de popularidad que lo ponga en los reflectores nacionales.

Ya sea por que él los eligió, o lo eligieron, el gobernador Enrique Alfaro está peleando al mismo tiempo varios conflictos políticos. El de mayor escala es el que mantiene con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, su partido y el gobierno de la Cuarta Transformación. Más allá de las diferencias políticas, parece ser que ya hay animadversión personal entre el Presidente y el gobernador. Con independencia de si hay algo personal, lo cierto es que este conflicto se traduce en consecuencias presupuestales como pudo verse al aprobarse el Presupuesto de Egreso de la Federación para 2022 donde no se incluyeron recursos para ninguno de los grandes megaproyectos de infraestructura para Jalisco: Línea 4, El Zapotillo, El Purgatorio, Mi Macro Periférico o para mantenimiento carretero. 

Con el grupo político que gobierna y controla la Universidad de Guadalajara (UdeG), Enrique Alfaro abrió un conflicto por razones desconocidas que se traduce en un castigo presupuestal para la casa de estudios y no tanto para el “cacique” de la UdeG, como llama Alfaro al ex rector Raúl Padilla López. 

Y aunque no se vea una confrontación abierta, es claro que Alfaro compite con otros políticos de Movimiento Ciudadano, como Samuel García y Luis Donaldo Colosio, por la nominación como candidato presidencial para 2024. 

A estos conflictos se añade el viejo conflicto y animadversión que Alfaro mantiene con los medios de información de Jalisco, especialmente con los reporteros y periodistas que cuestionan y disienten del discurso y la propaganda oficial.

A estos conflictos, se añade la corrección de plana que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha hecho a proyectos impulsados por Movimiento Ciudadano en Jalisco, el más reciente de ellos al declarar inconstitucional las reformas al Poder Judicial donde se obligaba a los jueces y magistrados hacer pruebas de control y confianza.

A esto se añade el descontento social con diversas medidas y decisiones del gobierno estatal o de los municipales, como la verificación vehicular obligatoria y centralizada en una empresa, las multas por los portaplacas y más recientemente por el aumento en el impuesto predial. 

El conjunto de todo ha provocado un descenso marcado en la popularidad del gobernador de Jalisco. En un año pasó de estar en el noveno lugar entre el ranking de popularidad que publica mensualmente Consulta Mitofsky al lugar número 25, una reducción de 16 puestos entre octubre de 2020 y octubre de este año. 

En lugar de enmendar errores, resolver conflictos y resolver los principales problemas sociales y políticos de la entidad, Enrique Alfaro se encierra en su burbuja que desconoce la realidad que gobierna y con su equipo de los más cercanos fortalece alianzas con sectores empresariales y apuesta por una consulta ciudadana para preguntar a la sociedad si quiere que se revise el pacto fiscal que Jalisco firmó con las otras entidades y el Gobierno federal.

A Alfaro y su grupo político les pareció buena idea cambiar el proyecto de la Refundación de la vida pública del estado que vendieron en la campaña electoral de 2018 y que dejaron de lado porque no concitan el mayor interés social. Ahora en lugar de la Refundación, Alfaro y su grupo político apuestan por emplazar al Gobierno federal por el supuesto mal arreglo fiscal y para ello apuestan por una confusa y poco atractiva consulta que dará inicio el próximo fin de semana y que durará cuatro jornadas.

Pero ha generado tan poco interés realmente popular que desde el equipo compacto del gobernador se dieron órdenes para acarrear funcionarios estatales a favor de la consulta y para que salgan a “evangelizar” a favor del pretendido ejercicio ciudadano. Pero no con evangelización y acarreos lograrán provocar interés en una sociedad que enfrenta graves problemas estatales, como la inseguridad, la estrechez económica o las desapariciones generalizadas. Por eso la llamada consulta no es más que un ejercicio de propaganda condenado al fracaso.

rubenmartinmartin@gmail.com / @rmartinmar

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