Viernes, 19 de Abril 2024

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Cómo sí Santa Lucía

Por: Ivabelle Arroyo

Cómo sí Santa Lucía

Cómo sí Santa Lucía

A fines de 2017 tuve el privilegio de ir a MITRE, el centro de investigación en aeronáutica más importante del mundo. De ahí salió el radar, de ahí han salido los estudios para resolver los desafíos de los aeropuertos más importantes del mundo, tiene 60 años de experiencia y no hay ningún otro centro en el mundo con sus capacidades técnicas y desarrollo de simuladores. Ninguno.

Desde hace 22 años, este centro trabaja en los desafíos de un nuevo aeropuerto mexicano. Desde hace 10, trabaja directamente en los retos de Texcoco. El problema de las aves, el suelo que se hunde, las rutas aéreas, los impactos en la población alrededor, los desafíos de la altura y de los vientos.

¿O en qué creían que trabajaban los ingenieros de MITRE? ¿En hacer torres de control? No. MITRE no construye aeropuertos, resuelve desafíos aeronáuticos, minimiza impactos o declara irresolubles los obstáculos. La generosísima explicación que me dio en ese momento el director Bernardo Lisker, durante 10 horas ininterrumpidas, me dejó claras tres cosas: la imperiosa necesidad nacional de tener un nuevo aeropuerto, la difícil tarea de hacerlo en Texcoco, la peligrosísima tarea de hacerlo en Santa Lucía (se potencia el riesgo de colisión) y el desprecio al presente y el futuro de las cientos de miles de personas que viven alrededor del actual aeropuerto (el ruido quintuplica el nivel de decibeles considerado dañino).

Lo que hay que ver es lo que sí se hará. O mejor dicho, ver cómo sí hacerlo. Toluca, Santa Lucía y el aeropuerto Miguel Hidalgo son ahora la opción

Meses después, el arquitecto Juan Palomar compartió una idea genial: había que ver el nuevo aeropuerto al revés. El aeropuerto era la variable que hacía falta para obligar a invertir en la zona, la posibilidad no de salvar, sino de recuperar y dar esplendor a un sistema de lagos ideado por Kalach en su proyecto Ciudad Lacustre décadas antes sin que hubiera ni un peso para ello ni una brizna de atención. El aeropuerto era la oportunidad.

Pero ya no habrá tal. El nuevo Gobierno anunció la cancelación de este complicadísimo proyecto.

No tiene sentido ni es eficaz vociferar contra la decisión del Presidente electo. Texcoco no será más lo que pudo ser y es muy poco probable que se salve de la invasión lenta e imparable de asentamientos irregulares. Olvidémoslo.

Lo que hay que ver es lo que sí se hará. O mejor dicho, ver cómo sí hacerlo. Toluca, Santa Lucía y el aeropuerto Miguel Hidalgo son ahora la opción. Toluca no tiene condiciones de altitud para aviones con carga completa o de mayor envergadura, pero sirve como válvula complementaria para vuelitos.

Santa Lucía es otro cantar. La empresa NavBlue, de Airbus, ha determinado lo mismo que MITRE: sí es factible, pero peligroso. Pero ojo, en todas y cada una de las páginas del reporte, NavBlue escribió que su estudio usa como insumo “suposiciones”, por lo que es preliminar y no debe usarse para tomar decisiones. En todas las páginas. Para que se haga Santa Lucía, hay que trabajar los desafíos y proponer medidas para minimizar los impactos. Ver cómo sí.
Ya si entran otra vez los mismos contratistas, ése es otro cantar. Ahora lo que toca es empezar a estudiar cómo sí. Porque de entrada, igual que Texcoco, no.

(ivabelle@gmail.com / @ivabelle_a)

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