Freud cuenta un chiste para ilustrar el absurdo de los sueños. En la clase política ese absurdo freudiano se ha convertido en una realidad cotidiana.Lean y les cuento el chiste al final.Norma Otilia Hernández es alcaldesa de Chilpancingo, Guerrero. Tiene 45 años. En su biografía destaca que proviene de una familia con vocación artística y social; su padre fue poeta y compositor; su madre, alumna de Lucio Cabañas, fundadora de una escuela primaria.Otilia fue campeona de declamación a los 6 años, funcionaria municipal de bajo rango durante dos décadas y en 2018 la Cuarta Transformación la convirtió en diputada local y ahora alcaldesa.En las últimas semanas ha estado en el ojo del huracán. A finales de junio aparecieron siete cadáveres en el centro de Chilpancingo. Junto a ellos esta cartulina: “Saludos, presidenta Norma Otilia, sigo esperando el segundo desayuno que me prometiste después de venirme a buscar”.El sábado pasado apareció un video en donde Otilia se reunió en un restaurante para desayunar con Celso Ortega, líder de “Los Ardillos”, el grupo criminal que controla Guerrero. En el clip, la alcaldesa le dijo a Celso: “Ya te hacía más viejito”.Desde ese fin de semana a la fecha, en Chilpancingo mataron a seis choferes del transporte público, incendiaron vehículos y camiones, secuestraron a 14 funcionarios, luego los liberaron, hubo protestas y el cierre de la Autopista del Sol por parte de manifestantes que el Gobierno federal asegura son movilizados por “Los Ardillos”.Otilia dio la cara este lunes en su acostumbrada mañanera chilpancingueña.Primero dijo que todo era un “pacto entre políticos y criminales” para lastimar su imagen. Luego aseguró que no se reunió con un capo, pero sí dialogó con él, aunque eso no significa que pactó. Asimismo, sostuvo que la reunión se dio “en un momento coyuntural” y que “fue un desayuno fortuito”, sin malicia, pero en el fondo de este asunto había “fuerzas oscuras” porque estaba “tocando intereses”. Finalmente, rechazó renunciar al cargo: “no hubo nada malo” ni con la cartulina ni con la reunión.Por eso recordé el chiste de Freud que relata el caso de un individuo al que un vecino acusa de haberle devuelto inservible un caldero que le prestó. El imputado rechaza la acusación con tres argumentos: en primer lugar, le devolví el caldero completamente intacto. En segundo lugar, el caldero estaba ya agujereado cuando me lo prestó. Y por último, jamás le pedí prestado ningún caldero.La política es imposible cuando se abandona el terreno en común de la realidad y cualquier principio lógico. No se trata sólo de la alcaldesa de Chilpancingo. Estos absurdos inundan el debate público todos los días con declaraciones de alcaldes, diputados, gobernadores, el Presidente…Emplear razones contradictorias basta para sortear cualquier culpa. Esas son “chilpancingaderas”.jonathan.lomeli@informador.com.mx