Jueves, 28 de Marzo 2024

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Chapala, ¿rinconcito de horror?

Por: Diego Petersen

Chapala, ¿rinconcito de horror?

Chapala, ¿rinconcito de horror?

En el gobierno de Francisco Ramírez Acuña, a su secretario de Desarrollo Urbano le gustaba pavimentar brechas para presumir que estaba haciendo carreteras. Una de esas falsas carreteras es la que conecta la hoy tristemente célebre cabecera municipal de Ixtlahuacán de los Membrillos, donde levantaron y asesinaron al joven Giovanni, con el pueblo de Santa Cruz de la Soledad, en el municipio de Chapala. Fue en esta maltrecha carretera donde la semana pasada fueron levantados dos jóvenes, Griselda y Adán, una pareja de artistas avecindados en Chapala. Él originario de Ciudad de México; ella de Guadalajara. Tenían una tienda de Tatoo & Smoke Shop. Al parecer a alguien le molestó que hicieran lo que ellos querían sin autorización del jefe de plaza y eso bastó para que se los llevaran. Ayer fueron encontrados con vida, junto a otros seis, en una casa de seguridad.

La presencia del crimen organizado en Ixtlahuacán y la ribera del lago de Chapala no es nueva. El grupo de control de la ribera, desde Santa Cruz hasta Mezcala se hace llamar los Cousins y está vinculado al grupo de control de Ixtlahuacán de los Membrillos, donde la Policía y las autoridades municipales llevan años controladas por el crimen organizado. Chapala fue uno de los enclaves de la Resistencia en la lucha de los seguidores del Lobo Valencia contra el Mencho y fue justamente en Ixtlahuacán donde se encontraron 18 cuerpos descuartizados, la mayoría de ellos de jóvenes levantados al azar, con los que la Resistencia pretendía responder a los ataques del Mencho a los Zetas en Tamaulipas y Veracruz. 

Tuvo que ocurrir un suceso como el de Giovanni López para que volteáramos a ver un fenómeno que lleva años

Tuvo que ocurrir un suceso como el de Giovanni López y la reacción explosiva en redes y las calles de Guadalajara para que, autoridades y sociedad, volteáramos a ver un fenómeno que lleva años, una especie de acuerdo no escrito para que el crimen organizado se asentara en las afueras de la capital del Estado. Los valles del sur de Guadalajara, en los municipios de Tala, Tlajomulco, El Salto, Juanacatlán, Ixtlahuacán, Chapala y Jocotepec han sido una especie de zona de tolerancia para la maña.

La cloaca reventó. Hoy sabemos que son al menos 30 desaparecidos en este corredor Ixtlahuacán-Chapala en los últimos dos años. De repente las autoridades abrieron los ojos y descubrieron que a 35 kilómetros del Palacio de Gobierno hay un enclave del crimen organizado que todos sabían que existía, pero nadie veía; que las Policías no son confiables y que los grupos políticos están vinculados de una u otra manera al crimen. Se pusieron las pilas y ya desarmaron a un cuerpo policíaco y encontraron con vida a ocho desaparecidos. Qué bueno, pero la pregunta sigue ahí: ¿cuándo van a encontrar y desarmar al crimen organizado que convirtió a Chapala en un rinconcito de horror?

(diego.petersen@informador.com.mx)

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