Por donde se le vea, sin duda, la buena noticia de ayer fue la liberación con vida de Yolanda Sánchez Figueroa, alcaldesa panista del municipio michoacano de Cotija, que como dijo en su mañanera el Presidente Andrés Manuel López Obrador, se debe celebrar.Sin embargo, lo que habrá que decir y lamentar también, es que el mensaje intimidatorio del crimen organizado para seguir con su avalancha de sometimiento de la clase política y gubernamental de cada vez más regiones del país, está dado.Porque el “levantón” que sufrió la primera edil casi en la esquina de la Avenida Patria y la Avenida Vallarta, uno de los cruceros más transitados de la Zona Metropolitana de Guadalajara, cuando iba acompañada de dos de sus colaboradoras antes de las ocho de la noche, no se puede desligar de los ataques que en abril pasado ya había sufrido de sicarios del crimen organizado cuando le balacearon la presidencia municipal, dejando saldo de dos policías muertos.Antes de esa agresión, había recibido amenazas para ceder direcciones municipales al hampa, entre ellas la Dirección de Seguridad Pública, que denunció ante la dirigencia nacional del PAN, para luego separarse un par de semanas del cargo y tratar así de tomar distancia de esas presiones.Versiones policiales coinciden en que no haber atendido esas y otras peticiones de estos grupos delincuenciales, que bien pudieron haber venido del cártel Nueva Generación o de Los Pájaros Sierra, que se disputan desde hace meses el control de esta zona limítrofe entre Jalisco y Michoacán, y que han provocado fuertes y sangrientos enfrentamientos también en Mazamitla, provocaron que planearan su rapto en Zapopan el sábado pasado cuando se dirigía de la Plaza Andares a su hotel cerca de La Minerva. De hecho, la alcaldesa fue liberada por sus captores la madrugada de ayer en ese pueblo mágico de Jalisco en donde tomó un camión a Zamora, donde justo ayer hubo narco-bloqueos y a donde no llegó porque alcanzó a pedir ayuda para que la Guardia Nacional interrumpiera el viaje para rescatarla y regresarla a casa.En un video mensaje que emitió ayer la presidenta tras ser liberada se limitó a agradecer a las autoridades federales y estatales, y a las fiscalías su coordinación para ayudarla, pero nada dijo de sus captores ni de sus motivaciones para privarla ilegalmente de su libertad. Su silencio es entendible, y a la vez, el mensaje de terror que quería mandar el crimen organizado a otras autoridades y políticos, de lo que les puede pasar si no se alinean.Preocupantes alardes del narco-poder de cara a las elecciones del 2024, donde es claro que su avalancha de intimidación no parará por tenerle tomada la medida a los gobiernos federal, estatales y municipales.jbarrera4r@gmail.com