Para Liliana García, quien lo padece diariamentePara los conciudadanos que conocen mejor la geografía de Texas o California que la de Jalisco, diré simplemente que Tesistán es una importante población de más de 70 mil habitantes, de un municipio vecino a Guadalajara llamado Zapopan, a unos 12 o 15 kilómetros al Noroeste de la capital.La palabra es indudablemente náhuatl, como el mismo Zapopan (“lugar de zapotes”), Nextipac (“lugar de cenizas”) que se encuentra a cinco kilómetros de Tesistán (“lugar de yacimientos”), lo cual habla de su existencia desde antes de la llegada de los españoles a torcerles la vida.Hipotéticamente, sin acelerar más de lo permitido ir hasta allá no debería de costar más de 20 minutos, pero no es así. Un buen sábado reciente en la tarde, este servidor tardó lo mismo que dura un partido de futbol. ¡Fue un verdadero calvario!Independientemente de algunas circunstancias eventuales, como el asfalto de la avenida que debe llamarse “Juan Gil Preciado” y los últimos toques de lo que será la Línea 3 del Tren Ligero, constituyen la causa primigenia de ese completo desgarriate, una infeliz combinación con la incivilidad de los conductores, especialmente los de coches caros y de camiones, sumada a la cabal ineficiencia y falta de responsabilidad del personal ahora llamado de “movilidad”. De estos casi no se vio ninguno y el que se dejó ver en verdad que contribuyó sobremanera a enredar las cosas.Es en verdad llamativa la conducta de choferes que, para dizque ganar un par de metros, son capaces de entorpecer el tránsito de decenas de vehículos… el descaro de quienes, en pleno caos, paran su coche en lugar prohibido y sacrificando un carril completo de circulación, además de la visibilidad de montones de automovilistas o negando simplemente la posibilidad de dar vuelta, para esperar a alguien o simplemente bajarse a hacer sus compritas. Parece ser que tienen a desdoro estacionarse a la vuelta. Aquello del “respeto al derecho ajeno” es letra muerta entre gente que, en su mayoría, ostentan crucifijos, rosarios o efigies de santos o vírgenes en sus automóviles…Finalmente, el trayecto culminó con la intervención de unos inútiles y prepotentes semovientes que se ostentan como de “Protección Civil” que, ante la ausencia de autoridades de verdad asaltaron las funciones de proteger una peregrinación en las puertas de Tesistán lo que invalidó de plano el acceso al pueblo.La cereza del pastel es la falta casi absoluta de señalización y, claro está la situación lamentable, por tantos hoyancos de carpetas que alguna vez fueron asfálticas.Todo ello sucede en el municipio de Zapopan.(jm@pgc-sa.com)