Si entre los planes del Presidente Andrés Manuel López Obrador está perder el apoyo de las mujeres, va que vuela por el rumbo correcto.El desafío, cinismo y desatino de comenzar a vender los cachitos para la rifa por el avión presidencial el 9 de marzo, día del paro feminista, es una invitación a la confrontación y puras ganas de opacar el momento de las mujeres.La predicción es que el Presidente, como se ha demostrado en las últimas semanas, no tiene el control ni las simpatías a su favor en este tema. Su ego de macho le impide ver que enfrenta un movimiento que podría convertirse en la verdadera oposición de su gobierno.De ese tamaño es el reto que enfrenta sin un “cachito” de vergüenza.***Tras varios intentos, el Congreso local al fin subastó cuatro autos chatarra, según el Comité de Adquisiciones.Menos de 30 mil pesos ingresarán al erario por esa transacción, cantidad menor al sueldo de un asesor legislativo de primer nivel.El diputado Óscar Herrera, presidente del Comité, se aventó una buena perla al afirmar que analizan qué más estorba en el Congreso también rematarlo.Más de un legislador debe cuidarse, pues bajo ese criterio de utilidad y eficiencia varios podrían salir a remate.*** Si al nuevo coronavirus se le ocurre subirse al transporte público, se topará con pared. Los choferes del gremio anunciaron que lo frenarán con cloro y franelas. O al menos así planean enfrentar la propagación del virus en la ciudad.A todos los del Sindicato de Avanzada de Trabajadores del Autotransporte del Estado de Jalisco (SATAEJ) se les entregará un atomizador con cloro, una franela y a los que alcancen también cubrebocas (muchos no alcanzaron por el “desabasto”).Y aunque son medidas que se deberían tomar a diario, a partir de ahora se aplicarán cada vuelta. Por lo que los choferes tendrán que manejar, fregar y además brindar un servicio de calidad.
