Viernes, 29 de Marzo 2024
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Autos cada vez más gordos

Por: Sergio Oliveira

Autos cada vez más gordos

Autos cada vez más gordos

Desde el punto de vista del consumo de combustible, pareciera que los autos que conducimos hoy en día no han evolucionado o lo han hecho muy poco. Un coche compacto de finales de los años 70 tenía un consumo similar a su equivalente el día de hoy. En algunos casos el antiguo era incluso más económico. Cuando vemos la cantidad de elementos que ayudan en el funcionamiento del motor como los inyectores que mataron a los carburadores, ayudados obviamente por cada vez más poderosas computadoras, sería difícil entenderlo si la explicación no fuera tan simple: el peso.

Los autos son frutos de su tiempo. Nacieron como una forma más rápida, cómoda y económica de transportarse, comparado a la tracción animal. Su evolución es consecuencia del mercado, principalmente, y de la legislación.

Hasta los años 70 los autos eran básicamente mecánicos y austeros. Eran más durables, sí, pero también exigían más mantenimiento. Era necesario poner agua en la batería y en el radiador. Las bujías duraban cinco mil kilómetros en promedio. La durabilidad tenía su costo.

La gran mayoría de los consumidores era feliz con un radio como equipo de serie. Si era FM y estereofónico, mejor. Si tenía algo más como tocacintas, ya se acercaba al lujo. La dirección hidráulica era cosa de coches más caros, lo mismo el aire acondicionado o los vidrios con accionamiento eléctrico. La seguridad se resumía a los frenos. Si eran de disco, ufff, la gloria. ¿Discos en las 4 ruedas? Solo para los realmente costosos.

Los motores no eran tan chicos, principalmente en México, debido no solo a la altitud de muchas de sus ciudades, sino también a la influencia del vecino país del Norte con sus inmensos sedanes y pickups en los cuales un motor V6 era considerado chico y “de pobre”.

Queremos siempre más

Con el paso del tiempo el consumidor se fue haciendo más exigente y la preocupación con la seguridad surgió. El público ya exigía un mejor estéreo; aire acondicionado y cristales con accionamiento eléctrico. Luego vinieron los asientos forrados de piel -que por temas de ecología ya está sustituyéndose por material sintético- y el quemacocos. El Mercedes-Benz Clase S puso el primer sistema de frenos ABS en el mercado. Las bolsas de aire comenzaron a ser norma, al igual que el control electrónico de estabilidad y tracción.

Hoy queremos autos con mínimo seis bolsas de aire; climatizador de doble zona; techo panorámico; control de crucero adaptativo; frenado de emergencia; Head Up Display y, claro, la pantalla más grande que quepa en su tablero, naturalmente con CarPlay, Android Auto y cámara de reversa. No, mejor cámara de 360 grados.

Por eso un Toyota Corolla de 1979 pesaba 941 kilogramos y uno 2019 necesita cargar 1,315 kilogramos. Como además queremos que el auto acelere cada vez más rápido, la potencia del compacto nipón hace 40 años era de 76 HP, cuando hoy es de 180 HP, en su versión más equipada. Un Mercedes-Benz Clase S pesaba 1,675 kilogramos en su versión más equipada. Hoy pesa 2,200 kilogramos.

Sí, los motores evolucionaron y mucho. Hace 40 años pensar que tendríamos máquinas de tres cilindros con aspiración natural con más de 120 caballos de fuerza, era imposible. Mucho menos un motor de 2.0 litros con 320 HP como los de Volvo. Todas fueron conquistas tecnológicas importantes y la evolución continua, basta ver motores como el de compresión variable de Nissan o el SkyActiv X de Mazda. Pero la física sigue siendo tan importante como siempre y para cargar más peso se consume más combustible.

Sí, hoy nuestros autos son gordos y lo son porque así quisimos que fueran. Solo nos queda pagar por lo que pedimos, tanto en su costo como en consumo.

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