Aunque la patente del enunciado la tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador, la frase “yo tengo otros datos” les viene como anillo al dedo a los gobernantes a quienes no les gusta ser incomodados por los medios de comunicación o desde la sociedad civil.Aunque no haya mencionado la frase, en los hechos el gobernador Enrique Alfaro Ramírez mandó decir “yo tengo otros datos” cuando en su video-mensaje del miércoles 29 de septiembre regañó a los diarios El Informador y Mural por publicar datos sobre inseguridad que no concuerdan con sus datos. En el mensaje referido, Enrique Alfaro presentó algunos indicadores de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2021 del Inegi, que muestran que algunos delitos de violencia y patrimoniales han descendido en Jalisco entre 2018 y 2020. Entre ellos mencionó la tasa de víctimas de delitos por cada 100 mil habitantes, tasa de delitos por cada 100 mil habitantes, la percepción sobre inseguridad, la percepción sobre robos y finalmente presumió que el año pasado la ENVIPE registró un crecimiento en la confianza hacia ministerios públicos y fiscalías.Y como ya nos tiene acostumbrados, luego de presentar sus cifras, sus “otros datos”, regañó a quienes no se acomodan a su narrativa triunfalista y de éxito en el combate a la inseguridad en Jalisco. Así lo dijo: “Estos resultados son producto del trabajo de estos tres años de un esfuerzo bien organizado que nos permite decir que estamos con un avance claro y sostenido para recuperar la paz y la tranquilidad. Sin embargo, no deja de ser un asunto que llama la atención cómo hay un par de medios que quieren distorsionar la realidad y que con tal de vender periódicos están dispuestos a mentir de manera flagrante”.Tras cuestionar algunas notas de estas dos empresas de medios, el político profesional se dio tiempo para dar clases de periodismo: “(…) Más allá de entrar a un debate con ellos, nosotros lo que queremos decir que ojalá entiendan que hacer una apología de la violencia y usar la violencia para vender periódicos es una traición a su función como periodistas. Es un acto que me parece pone en evidencia que lo que ellos están buscando [con su mano derecha hace el símbolo de dinero] son cosas muy distintas a la idea de informar al pueblo de Jalisco”. Y el remate de este video-regaño terminó aplaudiendo la portada de el diario El Occidental porque, según él, ellos sí revisaron la encuesta y no solo pensaron “en una portada” más llamativa para ganar dinero.Antes que nada, las empresas de medios están constituidas legalmente para eso que Alfaro les reprocha: hacer dinero produciendo información. Lo absurdo es que estas supuestas lecciones de periodismo las hace el titular de un Poder Ejecutivo que ha regresado a las peores prácticas de la relación gobierno-prensa, como mantener periódicos para que reproduzcan dócilmente los boletines que emite el área de comunicación del gobierno estatal. El ejercicio del periodismo debe ser juzgado y cuestionado las veces que sea necesario, pero en el caso de Jalisco, Enrique Alfaro no es la voz más autorizada para hacer esta crítica.Más allá de que tuviera razón en las cifras que presentó (el doctor Víctor González Romero cree que acomodó las cifras a su conveniencia), al gobernador lo que le molesta es que los medios mencionados no se ajustan a su narrativa triunfalista, a su propaganda de presentarse como un gobierno exitoso. Más allá de estas cifras, y esto es para mi lo más preocupante, tenemos un gobernador que se jacta de haber recuperado “la paz y la tranquilidad” en el estado, cuando Jalisco se ha convertido en el epicentro de la guerra informal que vive la sociedad mexicana.¿Cómo se puede presumir haber recuperado la paz, cuando Jalisco ocupa el primer lugar en desapariciones, en fosas clandestinas, en cuerpos recuperados de estas fosas, cuando existe una clara crisis forense, y hay casi absoluta impunidad en la persecución de estos delitos? ¿Cómo se puede presumir que hay paz y tranquilidad en el estado cuando en tres años de gobierno de Alfaro, se han cometido casi cuatro mil desapariciones, mil más que en la dictadura de Augusto Pinochet en Chile? ¿Cómo se puede presumir que hay paz y tranquilidad cuando el estado tiene infiltradas sus instituciones de procuración de justicia por el crimen organizado, como el mismo Alfaro lo admitió la noche del Halconazo tapatío? Enrique Alfaro dijo algo cierto en su mensaje: “Al final, la verdad siempre va a prevalecer, las mentiras caen por su propio peso”. Parafraseando su mensaje, al final, la propaganda del poder caerá por su propio peso. rubenmartinmartin@gmail.com
