Jueves, 28 de Marzo 2024

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AMLO: Conciliador de la calle, polarizador de su casa

Por: Jaime Barrera

AMLO: Conciliador de la calle, polarizador de su casa

AMLO: Conciliador de la calle, polarizador de su casa

Estoy desde luego parafraseando el muy conocido refrán mexicano que se refiere a quien es “Candil de la calle y oscuridad de su casa”, por la narrativa con la que ayer el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) siguió con los ecos de su reciente visita a Centroamérica y con su postura de no asistir a la Cumbre de las Américas, convocada por el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en junio próximo en California, si no se invita a los mandatarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Aunque Washington no ha definido siquiera la lista de invitados, y así lo ratificó ayer la Casa Blanca, sí han manifestado que por las denuncias de represión y persecución a los opositores políticos en estos países, era poco probable que fueran invitados por EU a esa Cumbre.

El argumento sería que independientemente de su ideología socialista, lo que se les reprocha y por lo que se les excluiría es su intolerancia a la crítica, su autoritarismo que viola los derechos humanos de sus poblaciones y la falta de democracia para definir a sus autoridades.

Pese a que hay claras evidencias de que esto ocurre en esos países, AMLO ha tomado un clara posición a favor de ellos, y ayer de plano advirtió en su mañanera que si no se les invita a esos tres países a la Cumbre y no se invita a todos, en protesta, él tampoco iría y sólo enviaría al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, en su representación.

Aunque históricamente la mayoría de los Presidentes de México han utilizado su relación con los gobernantes de la isla, desde los tiempos de Fidel Castro, como instrumento de presión para sus negociaciones con los gobiernos de Estados Unidos, habrá que ver qué costo tiene este nuevo desplante de López Obrador hacia el gobierno de Biden. Provocaciones que por cierto nunca le hizo al republicano Donald Trump, quien ahora como expresidente presume que lo dobló en el tema migratorio.

Por lo pronto, luego de que ayer el Presidente lanzó ese amago, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, se volvió a apersonar con gesto adusto en Palacio Nacional, y a su salida, nada quiso decir de si habló o no del tema con López Obrador.

Lo que sí quedó claro es que en México no habría tanta crispación política si el Presidente invocara cada mañana a la tolerancia y el respeto a los que no piensan igual que pide a Estados Unidos, porque no quiere “que continúe la misma política en América”. O si como ayer predicara en su mañanera que no son momentos de confrontación sino que “estamos para hermanarnos, para unirnos y aunque tengamos diferencias las podemos resolver cuando menos escuchándonos, dialogando, pero no excluyendo a nadie”.

Mientras no ponga en práctica ese discurso en casa seguirá como el del refrán, conciliador de la calle, polarizador de su casa.

jbarrera4r@gmail.com
 

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