Hace 15 años, el 28 de mayo de 2004, se cometió uno de los hechos represivos más brutales en la historia reciente de Jalisco, un hecho represivo cuyos principales responsables siguen sin pagar por sus actos.La noche del viernes 28 de mayo y la madrugada del sábado, el Gobierno que encabezaba el panista Francisco Ramírez Acuña, dio carta blanca a los policías estatales y de la Procuraduría estatal, para detener a personas jóvenes bajo la suposición de que podrían haber participado en una manifestación celebrada en el marco de una reunión de jefes de Estado celebrada en Guadalajara.En mayo de 2004 Guadalajara fue sede de la III cumbre de jefes de Estado de América Latina, el Caribe y la Unión Europea (ALCUE) a la que asistieron 52 presidentes o jefes de gobierno, entre ellos el canciller alemán Gerhard Schröder, el presidente francés Jaques Chirac, el español José Luis Rodríguez Zapatero, el brasileño Luis Ignacio “Lula” da Silva, el venezolano Hugo Chávez, entre otros. La sede del encuentro fue el Instituto Cultural Cabañas, y para los efectos de seguridad, el Gobierno mexicano, presidido por Vicente Fox, mandó poner vallas alrededor de decenas de cuadras del centro de la ciudad. Miles de soldados del Estado Mayor Presidencial, del Ejército y de la Policía Federal, amén de policías estatales y municipales resguardaron el acto diplomático.En ese contexto, organizaciones sociales de Jalisco, de México y de otros países organizaron lo que llamaron una contracumbre bajo el lema Enlazando Alternativas, bajo la consigna de que “otro mundo es posible” al de la globalización neoliberal que guiaba a los gobiernos asistentes a la cumbre ALCUE.Además de conferencias, talles, debates y discusiones, se convocó a una marcha para la tarde del 28 de mayo como acto político de cierre de actividades. Miles de manifestantes salieron de la glorieta de La Minerva hacia el Centro de la ciudad, a donde llegaron pasadas las 19:00 horas. En el cruce de la Avenida 16 de Septiembre y a unos metros de la Avenida Juárez, estaba una valla policial. Al llegar la marcha a ese punto, unas personas se enfrentaron por cerca de 30 minutos con los policías que estaban detrás de la valla metálica.Los organizadores de la marcha sostuvieron desde entonces, y ahora, que los que se enfrentaron a los policías eran provocadores. Lo cierto que ese enfrentamiento fue el pretexto para que el gobernador Ramírez Acuña ordenara a la policía estatal empezar la golpiza y las detenciones de manifestantes e inocentes.Con exceso de violencia se detuvo esa noche y las primeras horas del 29 de mayo a 111 personas. La mayoría de ellas por ser o parecer manifestantes o altermundistas. La mayoría de los 111 detenidos ese día fueron llevados al sótano del edificio de la Secretaría de Seguridad Pública, en 16 de Septiembre y Libertad, donde muchos fueron torturados.En agosto de ese mismo año la CNDH emitió un informe especial donde se confirmó que hubo tortura contra decena de detenidos. Según la CNDH, hubo 68 retenciones ilegales, 70 casos de tratos crueles y degradantes, 70 casos de incomunicación y seis casos de tortura. Fiel a su conducta represiva, el gobernador Ramírez Acuña nunca reconoció el informe ni las recomendaciones del informe.A quince años del 28 de mayo de 2004, es innegable que la orden de reprimir dada por el gobernador y la libertad para la mano dura propició que se escribiera una de las páginas más negras en el historial de la represión política de Guadalajara y de Jalisco
